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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

WILDLIFE - Wildlife (Swan Song, 1983)

 Para 1983, poco quedaba ya del imperio formado en los 70 por Peter Grant y sus protegidos, Led Zeppelin. "Coda" (1982) había sido la "asistencia artificial" que alargó un poco la vida del fiambre, a base de rarezas y descartes. Así que éste disco de Wildlife fue el verdadero "canto del cisne" de la compañía.  Un grupo del que poco se sabe de sus comienzos. Editaron en 1980 su debut "Burning" para Chrysalis, recompensando así sus esfuerzos para salir de la oscuridad de los 70. Un buen disco de straight rock, sin mucho teclado, pero que ya apuntaba maneras.



Sería tres años después donde el nivel subiría a respetables cotas con "Wildlife", ya en Swan Song. Los hermanos Overland, Chris a las guitarras y Steve a la voz solista (más alguna guitarra), eran la base donde se sustentaba éste efímero,  pero crucial combo. Philip Soussan (bajo), entraría en una brillante carrera mercenaria acompañando al "quién es quién" del rock 80s : Ozzy Osbourne, Vince Neil, John Waite, Beggars & Thieves, Jimmy Page, Steve Lukather o Richie Kotzen, entre otros. El desconocido Mark Booty estaba a los teclados y voz. Y por último,  nada menos que Simón Kirke reforzará con sus parches Wildlife,después de un largo estrellato con Free y Bad Company. De hecho el guitarra de éstos,  Mick Ralphs, producía el disco. Con estos mimbres, y teniendo en cuenta la afinidad y admiración que Steve Overland ha sentido desde siempre por Paul Rodgers, podríamos decir que Wildlife era una "marca blanca" de Bad Company. A priori. 

Porque a los primeros arranques de "Somewhere in the Night" comprobamos que estamos sencillamente en la antesala de "Indiscreet", el fabuloso inicio de FM. Glorioso AOR de primera división absolutamente deudor de la "cosa nostra USA", pero con firmes bases británicas. La misma definición que Foreigner.

Las buenas vibraciones ya no nos abandonan durante todo el álbum. "Just a Friend" tiene casi hippie feel de Free, a poco que se hubiera blueserizado la cosa. Pero los Overland Brothers tienen claro que el AOR va a mandar en ésa década,  y así lo nos lo hacen saber. La guitarra de Chris ya se comporta como la de un dios del Olimpo rockero. Y el Hammond soporta con clase y pedigree. "Surrender" suena a absoluto "outtake" de FM, porque en éste álbum es donde se confirma y se conforma el genuino estilo de la próxima sensación AOR británica. "Charity" es puro Bad Company, claro, es un tema escrito por Simón Kirke, al que él mismo aporta algo de saxo. El único que se escapa a la autoría compositiva de los hermanos Overland. "One Last Chance" es ya, por puro derecho, FM. Poca diferencia hay entre Wildlife y la próxima mejor banda melódica de Inglaterra.

La segunda cara nos va a deparar más joyas de melo-hard a tener en cuenta. La zeppelina "Taking a Chance". El potencial descomunal de "Haven't You  Heard the News" y

"Midnight Stranger". La alegría contagiosa ochentera de "Rock and Roll Dreams". O el sólido aporte hard rocker de "Downtown Heartbreak", que sigue sin olvidar a Bad Company, pero tiene los ojos puestos en FM.

"Wildlife" pasó desapercibido en el caótico mundo discográfico de los nacientes 80. Algo incomprensible si lo analizamos en la actualidad, puesto que dio paso a algo mucho más grande.



Compruebo estupefacto cómo en Discogs no tienen más que una copia en CD (reeditado en 2009 por Wounded Bird), a 53 pavos. Me pregunto en qué está pensando Rock Candy......

J. J. IGLESIAS



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