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SAXON - Destiny (EMI, 1988)
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La desenfrenada carrera por el mercado USA en los 80. Ese Santo Grial que anhelaba toda banda británica, chatarrera o no, hizo que a más de uno le diera un quebradero de cabeza. No era fácil, ni se puede, agradar a dos amos. O estás por lo que te dice la disquera, o por lo que te pide el público. El caso de Saxon fue un ponerlos al borde del precipicio, que de no frenarse a tiempo, se los hubiera llevado al abismo más insondable.
Formados en 1977, su primer álbum del 79 todavía tenía residuos progresivos de la década que finalizaba. Pero con "Wheels of Steel" (1980) quedó claro que habían encontrado su estilo y su sitio en la NWOBHM. Eso fue un no parar de geniales discos de puro heavy metal ingenioso, efectivo y melódicamente original. Pero su fichaje por EMI vino con letra pequeña. Algo ya se intuía en "Crusader" (84), producido por Kevin Beamish (REO Speedwagon). Para seguir por esa brecha vía el reino de lo radiable con descaro en los siguientes "Innocence Is no Excuse" (85), "Rock the Nations" (86) - con el surrealismo añadido de tener a Elton John al piano en dos temas -, y "Destiny" (88). El Dr. Jeckill se estaba comiendo a Mr. Hyde, y eso a la parroquia de Saxon, un 110% metalheads, no les estaba gustando nada. Y la crítica los respaldaba. Fueron malos discos?...Por supuesto que no. Pero se les notaba en exceso ese tira y afloja por quedar bien con ambas partes. Algo imposible.
Con "Destiny" quemaron su último cartucho, y para ello, lo mejor lanzarse al vacío en plan "Matrix". Con una versión de Christopher Cross, la extraordinaria "Ride Like the Wind", inauguraban su último (desesperado) intento por subirse al sueño americano. Perfecta adaptación Hard -AOR con un toque de clase casi jazzy en las guitarras. Todavía con Paul Quinn y Graham Oliver, antes de los malos rollos posteriores. Paul Johnson (bajo) y Nigel Durham (batería) completaban con el insustituible Biff Byford a la voz solista. Un apunte. Teclista habemus! En la persona de Stephen Laws Clifford. Así como varios invitados a las voces, Steve Mann entre ellos. Produciendo, otro fabricante de productos made in USA, Stephen Galfas.
La bipolaridad de aquellos Saxon hizo que nos ofrecieran canciones AOR de exquisita factura, como "I Can't Wait Anymore", que está más cerca de Bad English que de la fiereza habitual en los de Yorkshire. "S.O.S.", con una intro pidiendo eso mismo por Morse, (lo que no deja de ser muy ajustado a la realidad), sonaba más a territorio heavy - pomper de Blue Oyster Cult en "Fire of Unknown Origin". También en la segunda cara encontramos perlas para la radio. "Song for Emma" podría estar en un disco de Fortune o Workforce. En "We Are Strong" parecen 707. Y "Jericho Siren" no le iría mal a White Sister o Autograph.......dejo tres del total que "podrían ser de Saxon". Pobre balance pues, para la tribu headbanger. Esto obligó a un drástico replanteo de la situación. Tres años hubo que esperar, (con un live de por medio), para comprobar que muy sabiamente se habían decantado por el metal, que era lo suyo. El mismo que los puso liderando la NWOBHM junto a Iron Maiden y Def Leppard. "Solid Ball of Rock" (91) fue el nuevo despegue, bien afianzados a su estilo, del que ya no han renegado.
Nosotros perdimos una buena banda AOR, pero de seguir por ahí, creo que ya no existirían. Propongo una recopilación con los álbumes del 84 al 88. Seguro que te sale una masterpiece del género de tres pares de cojones.
J.J. IGLESIAS
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