Entrada destacada

Art Deco – Syvään Uneen (2013)

Imagen
 Album debut de esta agrupación finlandesa con sonido retro setentero. Ciertamente es una época y una música que se niega a morir aunque a todos los efectos ya la mataron y remataron y a veces me causa perplejidad porque con los años algunos de aquellos desafectos al género progresivo hicieron un acto de arrepentimiento reconociendo que se pasaron tres pueblos.  Claro que los punkarras y nueva oleros de finales de los setenta eran adolescentes descerebrados con ganas de bronca y hoy se han hecho mayores buscando una zona de confort. Al final todo incendiario acaba de bombero. No siempre. A veces algunos involucionan en sentido contrario. También hay casos de sinfónicos prog reconvertidos por disminución neuronal traidores a la causa que aborrecen de aquella época. En todo caso los seres humanos somos la contradicción andante y la vida da muchos giros y muchas vueltas. Cuando ya llevas vividas siete décadas realmente nada te sorprende y de alguna manera ya no defiendes tampoco ...

NIRVANA - All Of Us (1968, Island Records)

Un músico irlandés llamado Patrick Campbell-Lyons se encuentra en Londres con Alex Spyropoulos, compositor de origen griego dispuesto a dejarse mecer por las influencias que la nueva psicodelia de The Beatles y The Beach Boys estaba trayendo a un 1966 de caras nuevas. Ese barroquismo delicado, esas sinfonías en miniatura que representaban un pop evolutivo hacia espacios del inmueble por ocupar, casan con lo que el tándem llamaría Nirvana. 



The Story Of Simon Simopath, su debut, les hace apostar por los trabajos conceptuales marcando una narrativa que pronto se vería en muchos de sus contemporáneos. Un año después, maravillando desde el 68, Nirvana consigue no perder el impulso aunque trabajando sin la necesidad de un hilo con forma de cuento completo. All Of Us es tan orquestal como recargadamente soft rock, dotando cada canción de mínimos detalles que las giran en rompecabezas de formas majestuosas. 

“Trapeze” pone en su primer minuto lo que sería constante en el LP homónimo de Appaloosa, pasando en segundos al pop saltarín de un Paul McCartney juguetón. “Everybody Loves The Clown” por el título podría remitir al beatleiano “Being For The Benefit Of Mr. Kite!” y sin embargo es una canción casi infantil, llena de ritmo jovial, en la que las frases del vocal se escuchan al unísono con las de una tierna niña. “Girl In The Park” es ciento uno por ciento The Kinks, algo que no moja a “You Can Try”, afrancesada con categoría. 



“Tiny Goddess” o la balada remolque de The Moody Blues y Procol Harum, en unos días que más que a rebufo, circulaba en paralelo. Nirvana, la pareja que era capaz de construir su particular nido para el polluelo pop mientras no renegaba de la performance artística, como pasó en un espacio televisivo francés en el que ellos cantaron y Dalí les roció con pintura negra.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com




Comentarios