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CHRISTOPHE POISSON - Music Sky (1985-1997/ Gazul)

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 Nada se sabe del francés Christophe Poisson y nada se hubiera sabido, si no se hubiera rescatado a título póstumo éste "Music Sky" que grabó en 1985. En 1986 Poisson muere brutalmente a los 33 años. Dejando éste legado para la posteridad, que Gazul desempolvó con todo acierto. Le acompañaban Alain Gaubert (guitarra), Philippe  Gisselmann (saxo soprano), Gil Garenne (synths, computadora, drum machine) y Christophe Poisson en composición,  arreglos y ejecución (imagino que de teclados). El inicio de "Messe K" (12'07) induce tenebrismos experimentales muy cinemáticos. Con marcada influencia contemporánea que puede ir de Stockhausen a sus paisanos Heldon. Conseguidas percusiones, guitarra en vuelo rasante y fondos de oscuridad no apta para flojos de mente. Es una sensación grupal equivalente a Embryo, Popol Vuh, Kluster, Peter Frohmader, Dissidenten o Brave New World. Teclados y guitarra tejen una telaraña krautie de sorprendente calado emocional. Muy sugerente. &q

NIRVANA - All Of Us (1968, Island Records)

Un músico irlandés llamado Patrick Campbell-Lyons se encuentra en Londres con Alex Spyropoulos, compositor de origen griego dispuesto a dejarse mecer por las influencias que la nueva psicodelia de The Beatles y The Beach Boys estaba trayendo a un 1966 de caras nuevas. Ese barroquismo delicado, esas sinfonías en miniatura que representaban un pop evolutivo hacia espacios del inmueble por ocupar, casan con lo que el tándem llamaría Nirvana. 



The Story Of Simon Simopath, su debut, les hace apostar por los trabajos conceptuales marcando una narrativa que pronto se vería en muchos de sus contemporáneos. Un año después, maravillando desde el 68, Nirvana consigue no perder el impulso aunque trabajando sin la necesidad de un hilo con forma de cuento completo. All Of Us es tan orquestal como recargadamente soft rock, dotando cada canción de mínimos detalles que las giran en rompecabezas de formas majestuosas. 

“Trapeze” pone en su primer minuto lo que sería constante en el LP homónimo de Appaloosa, pasando en segundos al pop saltarín de un Paul McCartney juguetón. “Everybody Loves The Clown” por el título podría remitir al beatleiano “Being For The Benefit Of Mr. Kite!” y sin embargo es una canción casi infantil, llena de ritmo jovial, en la que las frases del vocal se escuchan al unísono con las de una tierna niña. “Girl In The Park” es ciento uno por ciento The Kinks, algo que no moja a “You Can Try”, afrancesada con categoría. 



“Tiny Goddess” o la balada remolque de The Moody Blues y Procol Harum, en unos días que más que a rebufo, circulaba en paralelo. Nirvana, la pareja que era capaz de construir su particular nido para el polluelo pop mientras no renegaba de la performance artística, como pasó en un espacio televisivo francés en el que ellos cantaron y Dalí les roció con pintura negra.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com




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