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LOS ESTANQUES - IV (2020/ Inbophonic)

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 Creo recordar que ya tuvimos por aquí a Crayolaser como sinónimo de originalidad dadaísta y estupendo-desconcertante álbum. De allí saldría Iñigo Bregel (voz, teclados, guitarra) y se juntarla con otra panda de vulcanianos, ahora desde Madrid, dando forma a Los Estanques. En 2017 editaron su primer pecado contra la realidad, "Contiene Percal". "II" y "Los Estanques" le siguieron, siendo aclamados como los nuevos Marx Bros del pop psych & prog surrealista.  En el Año Oficial de las Idas de Bolo, 2020, editaron "IV". Y claro, estaban en forma, para tan alocados días.  "No hay vuelta atrás" atrae recuerdos del rock arg spinettiano, en mi "molesta" opinión. Fernando Bolado sujeta riendas de bajo imperante junto a una batería sorpresiva, la de Andrea Conti. Mientras que ésa sibilina wah wah funk del guitarrista Germán Herrero construye un armazón donde una brass section se adueña de un excelente feeling zappero. Bregel canta

SYNTH REPLICANTS - Zentropol (2022/SR)

 Los engranajes del maravilloso mundo interior de Per Thomhav, vuelven a ponerse en funcionamiento para que Synth Replicants vuelva a la vida. El sintetista danés nos presenta su particular visión  de una metrópolis - zen, "Zentropol". 



Tal vez su refugio psicológico de éstos últimos azarosos años. Así que, bien engrasadas las tuercas, sus físicos y múltiples sintes Roland y Moog entran de nuevo en acción.  Más con la ayuda de virtuales Arturia/Novation. Creando un mundo irreal a la manera de un arquitecto de sueños, como en la película "Origen". Y su "Enter" (8'16) nos da la bienvenida a éste escenario fantástico en el que tan bien se maneja. Inmensos planos berlineses con exquisito  gusto "planante". Que por el minuto 5'20 rompe en clásica  irrupción secuencial,  como unos "stratosfericos" TD. Es una bella entrada a "Zentropol" (9'42), donde pareciera estar rindiendo homenaje al desaparecido Padre de Todos, Klaus Schulze. Sonido de batería casi real lo situaría en etapas junto a Harald Grosskopf. Incluso a éste,  en su "Oceanheart". Es un mantra kaleidoscópico en relajante y escapista fuga psíquica, de hipnótico efecto.

 La exhibición melódica de "Sakura" (6'10) nos presenta a un Thomhav realmente inspirado. Como un amanecer en un mundo perdido. Es éste un sentimiento de paz trasladable a "Mist" (6'26). Da la impresión de que en Synth Replicants se hubieran propuesto que las aguas vuelvan a su cauce moral, tras una espesa tormenta  de acontecimientos sociales. Ya que no transmiten ésa paz los gobiernos del mundo, al menos que sean "ésos locos" de músicos los que lo hagan.

"Quantum Gravity" (6'09) posee una columna vertebral de secuenciado pulso, muy atractivo,  del que salen ramificaciones en todas direcciones. Sin perder ni por un segundo su brújula melódica,  conciliadora y positiva. Quizá Vangelis sonría ante esto desde algún sitio. La serenidad pianística unida a un majestuoso manto electrónico,  trae "Saving my Memories" (6'33). Recuerda a logrados momentos de Johannes Schmoelling, así que no es mala cosa! Otro lienzo de innegable belleza cromática. 



"From Here to Eternity" (5'15) imita una guitarra eléctrica  bajo seguro respaldo secuencial. Esencial. Siendo el espíritu de Edgar Froese ahora el invocado. Pero sólo hasta a mitad. La ficticia batería de sonido real, ofrece un distinto aire, más actual, hasta el final de la misma. La recta final la componen tres composiciones de una media de 8 mts. "White Desert Dream" (8'57) vuelve a añorar a Schulze tanto como nosotros, (presiento que por mucho tiempo). En un fascinante viaje introspectivo mentalmente placentero y enigmático. Es un logro más. Que continuará sin bajar el listón en "Beauty of the Orient" (8'55) y "Angels Night" (7'36). En un álbum donde no encontramos cambios bruscos ni pasajes oscuros. Se busca la mística de la esperanza, y da en el clavo. Porque Synth Replicants nunca defrauda.

J.J. IGLESIAS



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