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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

Ganbara – Banan Banan (1985/ Elkar)

 Con éste tiempo infernal, resulta todo un placer volver la vista a Euskadi y a su folk prog de verdor refrescante. Allá por los primeros 80 se forma Ganbara.  Editando en 1982 su debut, "Behin batean". Su propuesta es un rico folk que mira de frente a leyendas británicas de la anterior década. Para 1985, el sello Elkar les edita "Banan - banan".



Siendo su formación un sexteto compuesto por la deliciosa voz de  M. Eugenia Etxeberria,  Ángel Unzu (guitarras), Josean Martín  Zarko  (guitarra clásica,  acústica,  dulcimer), Juan Ezeiza (instrumentos tradicionales), Josetxo Fernández (teclados) y Eduardo Salvador (bajo y flauta). Un mágico mundo se nos abre con "Bilutsik azkenean ur bazterrean" (6'26). La combinación de voces, acústicas y flauta ejercen fascinación instantánea.  Un bálsamo revitalizante para los sentidos embrutecidos por el día a día.  El teclado ayuda a ésa riqueza de sonidos. Curioso que no se acredite batería,  cuando la hay, y muy bien insertada. Una paz entre el medievo y lo tradicional se respira en "Herrimina" (4'30). Mike Oldfield se hubiera apuntado gustoso a ésta sesión.  Otra absoluta maravilla, de aires bretones, es "Goizean goizik jeikirik" (7'03). Dónde la estela mágica dejada por el druida Alan Stivell se deja sentir. Instrumentos de la tierra crean un fantasioso mundo propio, delicado y lleno de sensibilidad.  Algo realmente encantador y embelesante. Otra joya guiada por el bajo es "Bermioko uholdeak" (3'55), con una Etxebarria espléndida. Modernizan la propuesta con todo respeto  en "Zertara yiten zira" (6'50), consiguiendo resultados cercanos a Gryphon. Piano y travesera como introducción a "Piñudia laiñotan" (5'20) y cierto aire hippie a Laurel Canyon mafia. Vuelven los aires medievales para "Bereterretxeren kanthorioa" (6'25), le imprimen cierta actualización de texturas. Como si Pentangle se aliara con Alan Parsons Project. Y la mezcla funciona. Finalizan con "Banan-banan" (2'55) dejando un placentero sentimiento de paz, nostalgia y recuerdos.



Éste maravilloso álbum llegó a salir reeditado en Japón,  que allí valoran como se debe éstas cosas. Aún continuaron durante los 90 Ganbara,  lanzando cuatro trabajos más. Una recomendación personal.

J.J. IGLESIAS


 

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