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Love Live Life – 殺人十章 = 10 Chapters Of Murder (1972)

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 No hay duda alguna que la visión de los japonés en los 70’s siempre ha sido algo digno de apreciar, hoy en día cualquier manifestación que deslumbra Japón en cuestiones de ARTE logra ser algo memorable, freak y hasta de una delicadeza bárbara. Este álbum es justamente eso, y me gustaría que ustedes puedan apreciar un poco más de esa performance que solo Japón sabe manifestar en su música.10 Chapters Of Murder - from Colin Wilson's Encyclopaedia of Murder es un álbum singular, quizás no logre ser extremadamente avant-garde pero logra llegar a un punto muy alto dentro de su concepto y se vuelve una experiencia fascinante.   Debo confesar que este álbum es una obra aun "fresca" para mis oídos y todavía no salgo por completo de su performance, sin embargo para mí esto es toda una aventura sonora al extremo pues es como navegar por ríos peligrosos, en si una verdadera experiencia. Si bien sabemos que los "conceptos artísticos" de los japoneses en ocasiones son bizar

Rockliquias en los 80: 1.983 Part. 2 (colaboración Christian Jiménez)

Ya se finaliza 1.983 con otras obras también muy importantes de aquel año:




        -Habían pasado diez años desde que el supergrupo neoyorkino KISS se formó y tras una etapa legendaria de álbumes inolvidables como fueron los '70 les llegaron las ganas de experimentar. De hecho, en más de una ocasión se ha dicho que "hay un KISS para todos los gustos". Los "heavies" tenían "Creatures of the Night", los discotequeros "Dynasty", los amantes del simple "rock 'n' roll" "Dressed to Kill", hasta los "grungies" tuvieron uno: "Carnival of Souls".



Tras esas variaciones a comienzos de década consiguieron tocar la tecla correcta con "Creatures..." al endurecer su sonido. Pero fue "Lick It Up", publicado el 18 de Septiembre, el que dejó a los fans con la boca abierta. La razón: ya no había maquillaje, y se pudo ver a la banda sin la imagen en la que se había apoyado desde hacía tantos años. El cambio hasta se podría decir que ya era necesario. Para los seguidores de toda la vida, de primeras, fue un fiasco, pero no comercialmente. Este LP se colocó en el 7.º puesto en el Billboard, fue certificado Oro, y más tarde Platino, en EE.UU., y también Oro en Canadá, y la revista Kerrang! lo situó en el 3.er puesto de los Mejores Discos de "Rock" de 1.983.


El trabajo proseguía una línea continuista del anterior "Creatures...", ofreciendo duros trallazos musicales como ese demoledor "riff" de la apertura "Exciter" o el de "Fits Like a Glove". El resto sigue la misma tónica: "heavy rock" a toda potencia, con canciones memorables como "Gimme More!", "Not for the Innocent", "Lick It Up!" y la chulesca "All Hell's Breakin' Loose", donde vemos quizá la primera fusión de "rap" y "heavy metal" de la Historia (que aprendan los de Rage Against the Machine), en las cuales la melódica voz de Stanley comparte el protagonismo sin problemas con la más desgarradora de Gene Simmons, asistimos a la buenísima técnica que tenía Vinnie Vincent y a la energía que soltaba Carr a las baquetas.




KISS demostraron que pudieron reciclarse, levantar bien alto la cabeza sin tener que ser recordados sólo por su anterior etapa musical, competir dignamente con sus coetáneos estadounidenses más modernos que practicaban su mismo tipo de "heavy metal" y, lo más importante, superando a la inmensa mayoría de ellos; algo lógico si tenemos en cuenta de quien hablamos.
...y todavía hay por ahí listillos que por tararear el "I Was Made for Loving You" ya se creen fans de KISS.

(Mejor canción: "Exciter").





        -Como un combinado cutre y estrafalario de Aerosmith, KISS y los New York Dolls, los Mötley Crüe protagonizaron la primera ola de "heavy metal" americano, o "glam metal", sacando en 1.981 "Too Fast for Love". Lo suyo no era para nada "rock" elegante que tuviese una producción sofisticada, como Def Leppard, TRIUMPH o DOKKEN. Lo suyo era caña, "rock" callejero e irreverente, letras sobre peleas, sexo y "rock 'n' roll", una imagen "hair" que intentaba ser glamurosa pero que se quedaba a medio camino y una fama de mujeriegos, bebedores y canallas de marca mayor.


Ese aroma de humo, alcohol, drogas y desfases se imprimió bien en "Shout At the Devil", salido el 26 de Septiembre a la calle y que llegó al 17 en el Billboard, consiguiendo posteriormente Cuádruple Platino en EE.UU. y Triple Platino en Canadá. Con él hicieron historia, aunque parezca mentira, y hoy por hoy el cuarteto Neil/Mars/Sixx/Lee es ya un estandarte del "rock" americano, aunque su (mala) fama se ha puesto siempre por encima de su música.


Sin edulcorar, tenemos temas duros, atestosteronados y fáciles de asimilar como "Knock'em Dead, Kid!", "Looks that Kill", "Red Hot", "Hotter than Hell" o "Too Young to Fall in Love", donde la característica y chirriante voz de Vince Neil se funde perfectamente con los crudos "riffs" de Mick Mars. Todos ejecutados desde el mismo punto de vista, lo que puede parecer monótono de primeras, pero no, porque se convierten en piezas cortas y muy disfrutables gracias a lo sencillas que resultan.


Aunque tres destacan por encima de las demás: la descarnada versión de la "beatleiana" "Helter Skelter", la épica "Danger", con teclado incluido, y la que le da título al LP, con una introducción, más propia de un disco de "thrash" que uno de "glam", que pone los pelos de punta.



Gracias a este "Shout At the Devil" los Crüe no tuvieron ningún problema en sacar sus cueros chillones y sus melenas cardadas de paseo y conseguir un buen número de fans en la época. Y aunque hubiera muchos imitadores nadie pudo llegarles ni a la suela de las botas.

(Mejor canción: "In the Beginning/Shout At the Devil").






        -Se agenciaron el puesto de "mejor banda de "rock" sinfónico" cuando "Close to the Edge" salió al mercado en 1.972. Con "Tales from Topographic Oceans" cruzaron los muros de lo imposible y aún sacaban obras decentes a finales de los '70 como "Tormato". Al comienzo de la nueva década Anderson y Wakeman fueron sustituidos por Trevor Horn y Geoff Downes y "Drama" podría haber sido un desastre, pero consiguió buenas cifras en su momento.



Ahora, el momento definitivo les llegó con este "90125", la reunión de Anderson con Chris Squire y los excelentes Trevor Rabin, Alan White y el teclista Tony Kaye. Aquí acudimos al abandono de toda esa complejidad de antaño del grupo para verles despuntar con melodías pegadizas y hacer hincapié en el terreno del "AOR" y hasta del "pop rock". El estilo que adoptaron no era muy distinto de lo que hacían TOTO, ASIA o JOURNEY por aquel momento.


Un revoltijo atractivo reciclando toda la maestría que llevaban a sus espaldas era lo que revelaba ese nuevo disco sacado el 7 de Noviembre. Estos YES no eran los que hacían composiciones intrincadas en "Fragile", pero resulta gratificante verles resurgir y escuchar un LP tan fresco, adictivo y disfrutable como es este "90125", con pequeñas joyas como las comerciales "Our Song", "Owner of a Lonely Heart", n.º 1 en el Billboard Hot 100, o la inmortal "Leave It", junto a grandes ecos de su anterior etapa setentera como son "Hearts", "It Can Happen" y "Changes".



En ellas Jon Anderson sigue asombrando con su pletórica voz, y los teclados de Kaye, con la colaboración tan acertada de Rabin y la nítida y sofisticada producción de Trevor Horn, redondean un plástico perfecto.




Llegó a Triple Platino y a la 5.ª posición en EE.UU., a Doble Platino en Canadá, a la 16.ª en las listas inglesas y "Cinema" recibió poco después un Grammy a la Mejor Interpretación Instrumental de "Rock", así que la jugada no les salió nada mal a los ingleses. Con esto se puede decir que resucitaron bien de sus cenizas.

(Mejor canción: "Leave It").





        -Cinco teutones que vivieron la consagración definitiva del "hard rock" inglés y la explosión del "heavy metal" americano necesitaban algo para conseguir calar hondo en la audiencia de los '80, ¡y vaya si lo consiguieron!


Los alemanes ACCEPT llevaban desde 1.979 ofreciendo un sonido rápido, contundente, espasmódico, que tuvo su primera gran repercusión con "Restless And Wild" ('82), uno de los más influyentes álbumes de "heavy/speed metal" de la Historia. Pero lo que hicieron en el siguiente esfuerzo fue de alabanza y con él se ganaron al Mundo. "Balls to the Wall" salió en el invierno del 5 de Diciembre y colocó al quinteto en las primeras líneas del género musical que desempeñaban. La portada (una de las peores de la Historia) lo decía todo: estaban dispuestos a coger una bola de acero y estamparla donde hiciera falta.




Aquí no se veía comercialidad al uso, no había canciones que hablaran de sexo, alcohol y desenfreno "rockero" como hacían los americanos, no había cachondeo en los "riffs" o en los ritmos; "Balls to the Wall" era un canto a distintos sectores oprimidos de la sociedad y todo su ambiente era rudo, pesado, hermético e incluso gélido, pero las guitarras de Wolf Hoffmann y Hermann Frank hacían el papel del martillo que le da al hierro candente contra el yunque y conseguían que saltaran chispas, así sonaban incendiarias; la sección rítmica de Peter Baltes/Stefan Kaufmann era robusta y la abrasiva voz de Dirkschneider era el resultado de mezclar ácido sulfúrico y bourbon para hacer gárgaras con clavos. Con estos elementos rompían ese ambiente tan oscuro.


Los entremeses eran piezas crudas y directas como "Head Over Heels" y "Fight It Back"; el postre era la melancólica serenata "Winter Dreams"; los platos fuertes del festín eran sin duda "London Leatherboys", "Love Child" y el tema que da título al LP, mientras que el primer atisbo de comercialidad se entreveía con "Losing More than You'd Ever Had".




El reconocimiento mundial les llegó de lleno. Aparte de aquel mítico vídeo del "Balls to the Wall", aclamado por todos los jóvenes de la época, ayudó el crítico canadiense Martin Popoff al colocar el disco en la 1.ª posición de los 100 Mejores Discos de "Heavy Metal" de la Historia. Así alcanzó el Oro en EE.UU., donde entró en el Billboard llegando a la 70.ª posición (un logro, ya que antes ni figuraban), y Canadá, donde se quedó en la 43.ª.
Hoy sigue sonando como el primer día: grande, dinámico, un auténtico peso pesado con vida propia y estandarte en el "heavy metal" de los '80. Jamás volverían hacer un disco igual.


(Mejor canción: "Balls to the Wall").




        -Los luchadores irlandeses Thin Lizzy empezaron allá por el '71 a cimentar su discografía que llegaría a la cima con "Jailbreak" en 1.976, siempre con el guerrero carismático y salvaje de Phil Lynott al frente de la nave.

Los ires y venires de los miembros a finales de la década y principios de los '80 y el descontrol que llevaron el guitarrista Scott Gorham y el propio Lynott con las drogas condujeron a Lizzy a un mar de mediocridad y desconcierto que se plasmaba bien en su música. En 1.983, sin embargo, dieron vida a su última obra maestra, "Thunder And Lightning", y poco después organizaron el tour de despedida, el adiós definitivo de la formación para siempre. Ese adiós quedó reflejado en el inolvidable álbum doble de directo "Life Live", publicado el 16 de Octubre y que recogía el testigo de las actuaciones del grupo en el Hammersmith Odeon, llegando (sólo) a la 29.ª posición en las listas inglesas, cosa que se merecía mucho más.


En el repertorio se hallan temas del anterior LP y algunos de los más clásicos. La rabia, energía y contundencia "rockera" aún brillaba bien en los irlandeses, que descargan toda su furia en "Are you Ready?", "Jailbreak" o "Killer on the Loose". El ritmo que llevaba Lynott se acoplaba a los solos incendiarios de Gorham en piezas como la ya mítica "The Boys are Back in Town", que hacía estallar al público en un vociferante estrépito, al igual que ocurría en los casi siete minutos de "Black Rose" o en el "Hollywood Down on your Luck", del "Renegade" ('81), pero la audiencia se tuvo que derretir cuando Gorham les deleitó con un solo épico y una maestría a las seis cuerdas pocas veces antes vista en la extensa balada "Still in Love with You", la cúspide de todo el álbum, sonando Lynott más emotivo que nunca y manteniendo un clímax de infarto, uniéndose la banda con sus oyentes para finalizar la sesión de manera apoteósica.




Apoteósica, porque es preciso mencionar la colaboración de otros músicos que también fueron parte de Thin Lizzy en su discografía y que estuvieron codo con codo en el último tema: Gary Moore (que también tocó en "Black Rose"), Eric Bell y Brian Robertson (participante también en "Emerald"), unidos a John Sykes y Scott Gorham. Es decir, un total de cinco guitarristas más los otros tres miembros ejecutando al unísono la misma canción, "The Rocker", en el que hay recalcar el momento final donde Lynott presenta a cada músico a la audiencia mientras estos se queman las yemas de los dedos en las cuerdas de sus respectivos instrumentos, dejando al público de piedra y acabando todo entre gritos, aplausos, los últimos baquetazos de Brian Downey y el agradecimiento de Lynott a los fans, completamente rendidos a sus pies.


Así terminó el espectáculo, de forma intensa y arrolladora, tal como acabó Philip Parris Lynott el 4 de Enero de 1.986. Las drogas, el hígado y un fulminante ataque al corazón se llevaron a una de las más emblemáticas figuras de la música.

Que su alma, mitad irlandesa mitad brasileña, de luchador, poeta e icono del "rock" a partes iguales, descanse en paz.


(Mejor canción: "The Rocker").



Y una vez más, se acabó lo que se daba, con 1.983. Pero también hay otros trabajos a nombrar de este año.

Precisamente hay uno que no se puede escapar. El del multinstrumentista Mike Oldfield, que se puso en lo más alto de las listas con su "Crises", con un "single" "pop" para la posteridad: "Moonlight Shadow".

Pero a nivel individual vimos patinazos que merecen mención, como el de Ian Gillan, que algún herbor le faltó cuando dijo de unirse a Black Sabbath y hacer el "Born Again", o el que pegaron las neuronas de Ian Anderson cuando decidió sacar su "Walk into Light" (los '80, que trastocaron a mucha pobre gente). En plan colectivo también está el fiasco de Nazareth en su "Sound Elixir" al querer tomar el sendero del "pop rock" y el de unas Girlschool camino del precipicio en "Play Dirty".

Aunque otros demostraron estar en plena forma, como SAXON en su último atisbo de originalidad "Power And the Glory", ANVIL en su "Forged in Fire", los "aoreros" Blackfoot en "Siogo", los veteranos Y&T con su joya del "rock" "Mean Streak", DOKKEN en "Breaking the Chains" (reedición de la de 1.981), los "ultra-heavies" Manowar en "Into Glory Ride", Michael Schenker, al que la suerte se le acabaría tras su "Built to Destroy", y Glenn Hughes al unirse con el guitarrista Pat Thrall en su único y sobresaliente trabajo "Hughes & Thrall". Y por supuesto U2, que se hicieron con la primera posición en las listas gracias a "War".

Si hablamos de debuts aquí tenemos para dar y tomar. A destacar el de los daneses Mercyful Fate de King Diamond, "Melissa"; el de los "glammies" suecos Easy Action, que compartieron fecha con otros de aquellas tierras, EUROPE.

Más lejos estuvieron Dimebag Darrell y su hermano Vinnie Paul cuando fundaron Pantera y sacaron el aún hoy en día difícil de escuchar "Metal Magic". Cerca de allí surgieron los californianos WARLORD con "Deliver Us" y por EE.UU. veíamos a la banda que formó el guitarrista de Motörhead, FASTWAY, el debut conjunto de Yngwie Malmsteen y Ron Keel en STEELER y si seguimos con "metaleros" surgidos con la N.W.o.B.H.M. ahí estuvieron Exciter y su "Heavy Metal Maniac". Otros dos gigantes que harían historia más tarde sacaron dos trabajos que cambiarían el rumbo del "heavy" para siempre: uno fue Metallica con "Kill'em All", el otro SLAYER con su "Show no Mercy". A aquello se le denominaría "thrash metal".

En la cara femenina despuntó la salvaje Lita Ford, salida de las Runaways, en "Out for Blood" y las otras Girlschool, el trío de guerreras londinense Rock Goddess.

En los directos quizá lo más destacable fue el de la gira de despedida que organizaron los Doobie Brothers y que se reflejó en "Farewell Tour". Dos musicos de categoría, Gary Moore y Sammy Hagar, publicaron "Live At the Marquee" y "Live 1.980", respectivamente. Mientras RIOT sacaban un EP en vivo llamado simplemente "RIOT Live" y U2, que no paraban de llegar a lo más alto, esta vez con el "Under a Blood Red Sky" (2.ª posición en el Billboard).

Y, aparte de la histeria general que se armó cuando KISS se desmaquillaron...Neil Young tuvo que cancelar una gira que realizaba en aquel momento porque sufrió un colapso en el "backstage" tras haber estado tocando durante 75 minutos (ya no hay guitarristas como los de antes), Dave Mustaine fue despedido de Metallica siendo reemplazado por Hammett, el guitarrista Johnny Ramone fue lesionado en una pelea con Seth Macklin, de Sub-Zero Construction.

Y bueno, perdimos a Lamar Williams, bajista de los Allman Brothers, Karen Carpenter y Dennis Wilson, que murió...¡ahogado! Vergonzoso, si decimos que fue el batería de los Beach Boys.

La semana que viene un año más.



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