Volver a retomar aquella senda me ha costado, siento que el tiempo se ha ido de mis manos y que aquellos días mozos están más lejos de lo que puedo recordar, el sabor agrio de este álbum mezcla de krautrock, Jazz/fusión y un “noséqué” me deja corto, tanto tiempo ha pasado desde la última vez que me senté a escucharlo que los recuerdos de este casi no existen, se han perdido en aquella vieja habitación. Volver a él ha sido duro, ¡DURISIMO!, retornar a la senda, llevarlo a la vida -así lo he sentido-, sentarme a escucharlo de cabo a rabo y luego llevarlo al día a día, es decir curtirme de su sonido, de lo que plasma , y alcanzar el punto máximo para decir “QUE GRAN DISCO” es poco. Pude digerir el álbum y he podido sacarle el jugo, pero el camino ha sido algo trunco, es una obra que peca con algunas cosas, falla en otras y consigue aciertos, es algo irregular, al menos para mi gusto no cubre esa cuota que suelo buscar en una banda de naturaleza Krautrock. Pero OJO eso no signific
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THE SILVER LININGS - Pink Fish (2023/ Spinda) (Rockliquias Bandas)
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Hay que ver cómo un género que nunca fue popular en el rock de aquí, el space rock, se ha hecho fuerte por éstas tierras de manera destacable. Será que necesitamos evadir nuestra mente y espíritu de tanta basura a nuestro alrededor? Puede ser la respuesta. Yo estoy encantado, como seguidor acérrimo del estilo. El underground local se crece ante bandas como ésta. Desde Málaga, The Silver Linings es uno de ésos flamantes casos. Ya tenían un EP previo, y ahora se estrenan con el larga duración. Formato esencial para ésta música.
Javier Toledano (guitarra, voz, teclados), Catarina Serer (guitarra), José Gutiérrez (bajo), Manuel Cortés (batería, percusión) y Marta Malinowska (saxo) son los responsables de "Pink Fish". Pez Rosa recién pescado en el océano psicodélico con buenas artes.
"Cosmic Excursions" (4'53) da la bienvenida a esta agencia de viajes interplanetarios con estroboscópicos efectos de guitarra y motorik nada disimulado. Imagina a los Stones con la sección rítmica de Can. Mientras un sólo impregnado de wah wah radiactiva nos da generosas cucharadas de venenosa gelatina ácida recolectada en los remotos campos de Andromeda.
Todo está explicado cuando titulan "A Pleasant Trip to the Unknown" (4'34). Delicioso aire classic rock 70s de líricas guitarras entre Man y Wishbone Ash, en espacial contubernio con el imperio galáctico Hawkwind.
Se deshacen de la gravedad para enfrentarse al "Pink Fish" (4'53). Floydiano pez que recorre aguas submarinas kraut, pero que no reniega del trance eléctrico de la Costa Oeste. Harían cortocircuitar la central de Battersea Power Station, con cerdo ahumado y todo.
Con un leve toque late 60s, "Patient M" (4'59) suena a serie en b/n tipo "Dr. No" o "Thunderbirds". Con un bajo generador-impulsor de energía cósmica y voz delay a la Dave Brock. Y un saxo que imprime subliminal brisa jazzy a éste vuelo a la psique de taberna. Space cadets, pero con elegancia mod.
La harmónica de Maxi Ruiz como invitado, transporta "Heart Full of Gold" (6'18) a un cosmic western que entrecruza líneas espacio-temporales por el UFO , templo psicodélico 60s en Camdem. El bucle temporal que provocan te lleva al 67 y de cabeza.
"In the Fleeting Hand of Time" (5'39) no pierde la órbita y lleva la nave con mano firme hacia coordenadas Floyd, Jane, Amon Duul II o incluso Deke Leonard/John Cipollina, por su crescendo-guitar de magnífica resolución retro. Impresionante.
Como un cómic de Silver Surfer de igual título, "Lifeforce" (5'51) plantea tribal rítmica asilvestrada. Ritmos salvajes en una jungla cósmica de esencias latín rock entre Embryo, Osibisa y Santana. Sin perder el timón espacial ni un poderoso influjo hendrixiano pasado por un filtro de Ritual Espacial imprescindible.
Seguramente, uno de los grandes discos hispanos del año. No tengo duda.
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