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LOS ESTANQUES - IV (2020/ Inbophonic)

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 Creo recordar que ya tuvimos por aquí a Crayolaser como sinónimo de originalidad dadaísta y estupendo-desconcertante álbum. De allí saldría Iñigo Bregel (voz, teclados, guitarra) y se juntarla con otra panda de vulcanianos, ahora desde Madrid, dando forma a Los Estanques. En 2017 editaron su primer pecado contra la realidad, "Contiene Percal". "II" y "Los Estanques" le siguieron, siendo aclamados como los nuevos Marx Bros del pop psych & prog surrealista.  En el Año Oficial de las Idas de Bolo, 2020, editaron "IV". Y claro, estaban en forma, para tan alocados días.  "No hay vuelta atrás" atrae recuerdos del rock arg spinettiano, en mi "molesta" opinión. Fernando Bolado sujeta riendas de bajo imperante junto a una batería sorpresiva, la de Andrea Conti. Mientras que ésa sibilina wah wah funk del guitarrista Germán Herrero construye un armazón donde una brass section se adueña de un excelente feeling zappero. Bregel canta

Rockliquias en los 80: 1.989 Part. 1 (colaboración Christian Jiménez)

...Bien, aquí estamos, en la recta final de esta larga autopista musical que hemos recorrido...

Ya habíamos visto de todo: a Brian Johnson reemplazando a Bon Scott, a los KISS sin maquillaje, a Rick Allen con un brazo menos, a Ian Anderson batallando por sus similitudes vocales con Knopfler, a los Judas Priest cardándose los pelos y poniéndose trajes de cuero chillón, a Ian Gillan trabajando con Sabbath en una de las peores producciones de los '80, a David Lee Roth largándose de Van Halen, a los Deep Purple del Mark II uniéndose de nuevo, a Coverdale tiñiéndose de rubio e incluso a Phil Lynott diciéndonos adiós tras un ataque al corazón...pero aún quedaba cuerda para un rato más. Todavía no había terminado la década:

        -Para empezar el año 1.989 de la mejor manera es preciso nombrar uno de los álbumes debut más impresionantes de la Historia del "rock", y no es un exageración. El 24 de Enero se estrenaban, a través de Atlantic Records, Skid Row.

Este grupo formado en New Jersey arrastraba una tradición puramente "rockera", y con el auge que tuvieron a finales de los '80 las bandas que praticaban eso que llamaban "sleaze metal" (como L.A. Guns, Faster Pussycat, Guns 'n' Roses...nos podríamos tirar la vida para decirlos a todos...) decidieron subirse al carro y no se engalanaron de coloridos atuendos como Poison. Ellos hacían "heavy", caña de la buena, directa y sin edulcorar; puede que con algún que otro devaneo muy comercial, pero la tónica era "rock" puro y duro. Aunque, antes de hablar de su estilo, retrocedamos un poco más, para conocer ligeramente sus orígenes.

Efectivamente se formaron en New Jersey, en Toms River, en concreto, a comienzos de 1.986 por el guitarrista Dave Sabo y el bajista Rachel Bolan. Buscando integrantes dieron con Robert Affuso como batería, Scott Hill como segundo guitarrista y Matt Fallon. Por razones poco conocidas, ya pueden ser musicales o de otra índole, Fallon fue sustituido por el carismático de Sebastian Bach. Y se quedaron con él, por anecdótico que parezca, tras verle cantando en la boda de Mark Weiss, un conocido fotógrafo metido en en el mundillo del "rock". Por esa época Bach sólo contaba 18 añitos y todo ocurría a principios de 1.987, pero se unió a ellos y lo siguiente fue lo que cada banda hacía para ganarse su pequeña gran legión de fans: tocar en clubs locales lo más duramente posible esperando a que alguien reparase en ellos. Hay que decir que Skid Row tuvieron la mala suerte de llegar demasiado tarde. Bandas emparentadas a ellos, musicalmente hablando, como Cinderella o Great White, eran monstruos inalcanzables, y los más recientes Guns 'n' Roses, Bulletboys y L.A. Guns ya gozaban de una envidiable popularidad. Aún así ellos se propusieron hacerse un hueco en ese tan abarrotado negocio. Pero había algo que ellos tuvieron que los demás no; parecía, realmente, que la suerte iba a sonreír a los de Jersey, y todo porque se metió por medio un nativo de la misma ciudad convertido en superestrella del "rock"...Jon Bon Jovi.

La situación era la siguiente. El guitarrista Sabo había sido amigo del vocalista desde hacía mucho tiempo y entre ellos pactaron algo. Al igual que dos socios que se dedican a delinquir se prometen que si uno de ellos va a la cárcel el otro le ha de sacar, Bon Jovi y Sabo se prometieron, seguramente en una noche de borrachera, que si uno tenía éxito en el negocio musical antes que el otro ese otro le debería ayudar y meterle en el mundillo. Jon, con su oficio a tiempo parcial de cazatalentos (recordemos que ya lo hizo con Cinderella) les fue a ver y quedó convencido, así que le instó a su manager Doc McGhee para que asistiera a una de sus actuaciones y también sintió mismo. Skid Row tenían algo: sabían "rockear", su sonido arrojaba fuerza y energía a raudales. Sería una buena captura sin duda. Sin más dilación les puso en bandeja la oportunidad de sus vidas, asegurándoles un contrato con la gran Atlantic Records y, en 1.988, ya se encontraban en los estudios Royal Recorders, de Wisconsin, preparados para componer el material que iba a formar parte de su primer trabajo. Respaldándoles se encontraba el mismísimo Michael Wagener, productor veterano y experimentado donde los haya, así que todo les había salido redondo. La mayoría de los temas fueron idea del bajista Bolan y Dave Sabo, aunque también contribuyeron los demás integrantes y hasta se realizó un tema compuesto por el anterior vocalista, Matt Fallon. No hay más...el resto es historia.


El 24 de Enero saldría a la luz ese LP llamado sin más "Skid Row". En él la banda aparecía en blanco y negro luciéndose en una oscura calle como auténticos chicos malos de barrio; su imagen reflejaba suciedad, dureza, aspereza, como su música. No había humo violeta como en la portada del "Night Songs" de Cinderella, sino un ambiente crudo y nada glamuroso heredado de las clásicas bandas de "rock" de antaño, un ambiente que ya se estaba perdiendo. No es que hubiera mucho donde rebuscar. "Skid Row" era directo, potente y adictivo al mismo tiempo. Heredaba el espíritu de Aerosmith, la fuerza de los Whitesnake y KISS ochenteros, la chulería de Mötley Crüe...era, como se ha mencionado, caña para disfrutar indefinidamente; y no sólo se apoyaban en la imagen del atractivo Sebastian Bach para triunfar, demostraron que todos y cada uno de ellos tenía una fuerte personalidad y que jugaban con mejores cartas que la mera imagen de "bad boys of rock 'n' roll" de la banda. El conjunto no pasa de los 40 minutos con canciones cortas llenas de ritmo y rabia por los cuatro costados:

    


 -Abría la tremenda "Big Guns", como un bofetón en plena cara. "Riffs" destructivos, un estribillo contagioso, una voz de lo más "rockera" y versátil y una base rítmica atronadora a cargo de Bolan y Robert Affuso. A ésta la seguía la más rápida "Sweet-Little Sister", de "divertidas" letras con alto contenido erótico-festivo sobre la decadencia juvenil encarnadas en una jovencita descarriada a la que el vocalista describe como "dulce y pequeña hermana" ("Sé una cosa o dos sobre mi dulce y pequeña hermana. Su madre la matará si se entera de lo que hace, te amará incluso lleno de moretones [...] es una Mona Lisa con un tatuaje nuevo. Ella es mi dulce y pequeña hermana"...apabullante). "Can't Stand the Heartache" es más comercial y de hecho podría haber sido un "single" perfecto; tenía algo de Bon Jovi, pero sin duda sonaba más fuerte por esos solos tan afilados y la batería de Affuso. Los coros y el estribillo la hacen de lo más disfrutable. "Piece of Me", un pildorazo de menos de tres minutos, sin embargo recordaba al "sleaze metal" de L.A. Guns, pero la voz de Bach marcaba la diferencia con la de Phil Lewis; también podía haber sido un "hit", pero quedó relegada por los otros "Youth Gone Wild" y "18 and Life". Y así se podría decir que "18 and Life" fue la ganadora, con un puesto 4 en el Hot 100; una especie de inclemente "power ballad" en la línea de los Scorpions del "Love at First Sting", pero no hablaba de amor, sino de la lucha que un joven problemático (Ricky) mantiene para sobrevivir en un mundo sin sentimientos, acabando en un final trágico. "Rattlesnake Shake" parecía de Tigertailz; de corta duración y entretenida, nos trae una ácida alegría tras la melancólica balada anterior. Otra vez de contenidos sexuales y sugerentes (el hacer de las encantadoras prostitutas Vicky y Lucy) se pasa rapidísima por su estribillo tan repetitivo.

        -"Youth Gone Wild" es el himno por excelencia del LP y uno de los más grandes que jamás se han hecho de "heavy metal". "Nos llaman la juventud problemática, pasamos la vida en juicios, recorremos un sendero interminable, levantémonos y no caeremos, seremos uno para todos y todos para uno, los escritos están sobre el muro. Somos la juventud que se vuelve salvaje", clamaba Bach a pleno pulmón, entre los abrasadores "riffs" de Sabo y Hill, para todos aquellos chicos presos de la sociedad en la que vivían. Se colocó el 20.º en el Mainstream Rock y el vídeo tuvo muchísima rotación en la MTV. Es eso, un himno épico de "hard rock" sin concesiones y hecho para ser vociferado en concierto entre músicos y fans. "Here I Am" es la más parecida al estilo de Aerosmith en "Permanent Vacation" (la voz de Bach aquí es totalmente Tyler). Un estribillo poderoso, un solo fantástico y un ritmo muy bailable nos da otra gran canción para disfrutar sin más. Una muy rápida, llena de furia y con un sonido muy Whitesnake, "Makin' a Mess", anticipaba el final del disco, pero antes había que escuchar la otra gran sonata, "I Remember You" (6.ª en el Hot 100), donde Sebastian Bach se convierte un poco en Axl Rose y presta voz a una de las mejores y más grandilocuentes baladas románticas que jamás se hayan realizado en el "hard rock". Sí, aunque parezca mentira, es una pequeña obra maestra del género (hay que afinar bien los oídos cuando Dave Sabo hace su solo). Y, tal como empezó, termina el disco, otra vez con rabia, ira, mucha energía, con el corte "Midnight/Tornado", y nuevamente con otro genial solo de Sabo.

Skid Row hicieron que los '80 acabaran con mucha clase. Quizá no habría acabado igual la década si no hubiera sido por ellos. El disco fue un pepinazo absoluto, llegando a Quíntuple Platino en EE.UU y Canadá y Oro en Inglaterra y alcanzando el 6.º puesto del Billboard, el 11.º en las listas canadienses, el 12.º en las australianas y el 1.º en las neozelandesas...lástima que llegara sólo al 30 en las inglesas. Tanto fue el éxito que ganaron el premio de la Mejor Banda Novel de "hard rock" en 1.990.

(Mejor canción: "Youth Gone Wild").


        -Si en 1.981 se citaron a las Girlschool (¿dónde estarían en 1.989?) y en 1.988 a Lita Ford, también sería un sacrilegio pasar por los '80 sin hablar de la germana Dorothee Pesch.

Esta nativa de Düsseldorf nacida en 1.964 se convirtió en, y de hecho ahora es, una de las mejores vocalistas de "heavy metal" de todos los tiempos y en la fantasía de miles de millones de fans del "heavy" desde que militó en su banda WARLOCK. Este grupo comenzó sus andanzas en la Alemania Oeste en 1.980 con el nombre de Snakebite, formado por Mike Bastian, Frank Rittle, Thomas Franke y nuestra querida Doro. Tras muchos cambios en la formación y pateando bares y clubs, en 1.982, con Tom Studier y Rudy Graf conocieron a Peter Zimmermann, quien ya trabajaba con los otros "heavies" TRANCE, y que se acabó convirtiendo en su manager. Por aquella época se llamaban WARLOCK. Grabaron unas cuantas maquetas y las distribuyeron por ahí para probar suerte. Y la encontraron en una discográfica belga independiente, Mausoleum Records.

Contrataron a los chicos y el productor Axel Thubeauville, un experto en ayudar a grupos "heavy" de la escena alemana, les respaldó en la grabación de su debut, un tratado de puro "heavy" teutón e influencia seminal para posteriores bandas del estilo, "Burning the Witches", que sólo duró una semana y que vio la luz en 1.984. Este LP fue bien recibido por la crítica y el público y pronto la banda se encontraba girando junto a sus compañeros STEELER. Sin embargo la poca financiación que se invirtió en los conciertos echaron a perder la valía del disco y la credibilidad de la banda, que se vio decepcionada con la discográfica, por lo que decidieron finiquitar su contrato. En 1.985 la más importante Phonogram apostó por ellos y les propuso grabar otro álbum de estudio. Así nació "Hellbound", de la mano del productor Henry Staroste y de la distribuidora Vertigo, que consiguieron que WARLOCK aparecieran en la televisión inglesa. El grupo grabó su primer concierto en vídeo en el Camden Palace de Londres y eso hizo que la Kerrang! les seleccionase como la mejor banda de "heavy metal" en 1.985 y a Doro como la mejor vocalista en Metal Forces. También fue un orgullo para ellos poder tocar en Loreley junto a nombres como VENOM, Pretty Maids o Running Wild.

Y suma y sigue, Rudy se va de WARLOCK, entra Niko Arvanitis y en el '86 graban "True As Steel", que es reeditado en EE.UU. por Michael Wagener. Con ese trabajo despuntan definitivamente, alcanzando su puesto más alto gracias al himno "Fight for Rock". Eso les hace ser parte del festival de Donington, compartiendo escenario con Scorpions, Ozzy Osbourne o Motörhead y con Doro siendo la primera mujer al frente de una formación en dicho festival. Telonearon a WASP, a Bon Jovi, a Def Leppard y hasta a los Judas Priest en su gira del "Turbo". En una ocasión, aprovechando el cumpleaños de Doro, Rob Halford, con su desparpajo habitual, salió e hizo que el público le cantase el "cumpleaños feliz" a la vocalista. Después, ésta tomó una determinante decisión: ir a América a promocionar a su grupo como se merecía, y lo hizo junto al manager Alex Grob. La idea era que WARLOCK se quedasen en EE.UU. para grabar y girar, algo que al guitarrista Peter Szigeti y al bajista Rittle no les hizo mucha gracia, así que decidieron salirse de aquel ajetreo. La prueba de que Pesch se iba americanizando fue la entrada de Tommy Bolan y Tom Henriksen y la colaboración de Cozy Powell en el posterior, último y mejor trabajo de la banda: "Triumph And Agony".

El "single" "All We Are!" fue la canción estrella del grupo para la posteridad y el LP subió al 80.º puesto en el Billboard, pero, al igual que los cardenales tardan en desaparecer en la piel, también perduraban las rencillas del primer manager, Zimmermann. Éste cargó contra Doro, por seguir con la banda usando el nombre de WARLOCK, el cual, según él, le pertenecían tanto los derechos legales del nombre como el "merchandise". Al final ganó el caso y la vocalista prosiguió su carrera, esta vez con su propio nombre, DORO. Se le fueron Arvanitis, Bolan y el batería Mike Eurich, aunque permanecieron Henriksen y el productor Joseph Balin y se incorporaron Robert Rondinelli a las baquetas, Jon Levin a la guitarra y Claude Schnell a los teclados para esa nueva experiencia. Grabado en Pennsylvania y New York, el tan esperado LP de la teutona salió el mes de Febrero. Bajo el nombre de DORO y apareciendo ella en la portada, imponente y encuerada, agarrando un martillo y unas tenazas que, a su vez, sujetaban un hierro candente en forma de "D", se presentaba el nuevo esfuerzo bautizado "Force Majeure". Este LP no seguía esa línea tan de "power metal" europeo de WARLOCK, sino que ahondaba en la comercialidad para gustar al público americano de la época. Pero incluso haciendose más comercial lo que ofrecía el álbum era "heavy" sin más, un "heavy" duro, épico, sin paliativos, y que hacía de Doro una heredera digna de Judas Priest, ACCEPT, Scorpions y SAXON a partes iguales; su garganta era una de las bazas indispensables (y su atractivo también), una garganta capaz de llegar a tonos imposibles y de mostrar una versatilidad pasmosa. De repente lanzaba un grito limpio y luego volvía su voz cazallosa y desgarradora, o bien endulzaba sus cuerdas vocales para intepretar baladas. Por eso se ganó el apodo de "Diosa del "Metal" ".

"Force Majeure" goza de un repertorio impresionante, abriendo con la épica "A Whiter Shade of Pale", versión de Procol Harum, donde Pesch ya nos seduce con su manera tan inclemente y a la vez sugerente de cantar; si uno presta atención su particular pasión a la hora de entonar puede recordar a la técnica de Coverdale (en una ocasión Joe Lynn Turner dijo: "Parece que David esté foll***o cuando canta"...dejemos eso en suspenso sin profundizar mucho más). Tras esa memorable entrada nos llegaban, afilados como cuchillos, los temas "Save my Soul", "World Gone Wild", "Mission of Mercy" y "Angels with Dirty Faces", con solos electrizantes, golpes de batería que volaban tímpanos y Doro dándolo todo para sus fans; en conjunto, y buscando similitudes, uno parecía estar oyendo una combinación brutal de Ozzy Osbourne, Rock Goddess, Judas Priest y Quiet Riot en uno, y con una impresionante fémina al frente que no tenía nada que envidiarle a Lita Ford, Janet Gardner o Gigi Hangach. La primera cara finalizaba con la dulcísima "Beyond the Trees", sólo interpretada con un piano, un teclado y la hipnotizante voz de Doro. Una balada mágica que no pasaba de los dos minutos y medio y que nos daba uno de los mejores momentos de la carrera de la cantante; una perla musical intemporal.



"Hard Times" reventaba la calma con dureza y con Pesch volviendo por sus fueros a dejarnos patidifusos con sus voceríos. Por la misma línea iba la más pesada "Hellraiser", que cuenta con un solo memorable de Levin y las espasmódicas "Under the Gun" y "I Am what I Am!", que ponen al rojo vivo el ambiente, separadas ambas por otra épica pieza, "Cry Wolf". El lucimiento terminaba con una "power ballad" espectacular: "River of Tears", la mejor del disco sin duda. Doro canta de forma emocionante, acompasándosea la perfección con los golpes de Rondinelli y los grandiosos "riffs" de Levin; el ambiente va "in crescendo" con ese estribillo hecho para ser coreado una y otra vez en concierto por todos los fans, pero de repente la música se desvanece y únicamente escuchamos la voz de Doro Pesch en su propia lengua en un poema final como broche de oro: "Bis Aufs Blut", que reza "Hasta que la sangre no vaya demasiado lejos…".

El álbum se vendió bien en Europa, donde alcanzó la 5.ª posición en Alemania y la 12.ª en Suiza, pero no convenció lo suficiente en EE.UU., así que se quedó en una insignificante 154.ª posición...sin embargo esa fue la única vez que Doro figuró en el Billboard estadounidense. Es igual...¡larga vida a la Diosa del "Heavy metal"!

(Mejor canción: "River of Tears/"Bis Aufs Blut" ").




        -Esta banda nacida en West Yorkshire ya tenía tres álbumes de estudio, pero fue este cuarto el que les catapultó a la fama definitiva y el que les abrió las puertas a Norteamérica, además de configurarse como todo un suceso, un presagio místico y enigmático del tipo de música que se realizaría en la década de los '90.

La historia comienza en Bradford, cuando en 1.981 el joven vocalista Ian Atsbury formara un grupo llamado Southern Death Cult. A éste se le unieron Barry Jepson al bajo, Aki Nawaz a la batería y Buzz Burrows a las seis cuerdas. Los devenires y estilo de aquella banda se conocieron como "post-punk", mezclado a una especie de "rock" gótico; algo con lo que, en una época donde lo que primaba era el gusto por la recién estrenada N.W.o.B.H.M., aquellas corrientes eran, cuanto menos, muy extrañas. Ese afán de querer desligarse de toda la moda incipiente hizo que se ganaran el apoyo de los más rádicales y alternativos de la escena "underground" londinense y de la prensa también. Con esa determinación decidieron fichar por una discográfica independiente, Situation Two Records, donde grabaron varias maquetas y "singles" para proseguir con sus rodeos por clubs, bares y pubs, hasta que en 1.983 los muchachos dieron su último concierto en Manchester. Pero no se disgraron sin antes lanzar un recopilatorio de demos y maquetas llamado simplemente "The Southern Death Cult", que aunaba distintos temas hechos en directo, sesiones en Situation Two, etc.. Atsbury, ya en 1.983, se unió al guitarrista Bill Duffy, que ya había estado en otras bandas locales, y nació una segunda versión: Death Cult. A ellos dos llegaron la sección rítmica, el bajista Jamie Stewart y el batería Ray T. Smith, ambos procedentes de Harrow y de otro grupo del mismo palo de corrientes "post-punk", RITUAL.

Esa nueva alineación se presentó al Mundo con una actuación en Noruega, juntos grabaron un EP, "Death Cult", y giraron por Europa y especialmente por Escocia. En esos momentos el batería dejó su puesto vacío pero pronto lo cubrió Nigel Preston, que procedía también de otro grupo célebre en la escena "underground", camaradas y compañeros de escenario de Death Cult desde hacía tiempo, Theatre of Hate. Se metieron en el estudio y crearon otro "single", "God's Zoo" y cuando tuvieron la oportunidad de aparecer en el programa "The Tube" de la televisión londinense cambiaron su nombre (otra vez) de Death Cult a The Cult. Así por fin se pusieron manos a la obra en los estudios Rockfield y dieron vida a su debut a través de la discográfica Beggar's Banquet y producidos por Joe Julian, aunque, tras oír las grabaciones de la batería quedaron de acuerdo en contratar a otro productor y la casa les sugirió a John Brand, que se encargó del resultado final. Por si fuera poco el batería Preston empezaba a no amoldarse a sus compañeros. Ese primer esfuerzo, de nombre "Dreamtime", salió el 10 de Septiembre de 1.984 y fue todo un logro para un grupo que practicaba ese tipo de sonido en un año como aquel, llegando al puesto 21 de las listas británicas, siendo Plata en Inglaterra y colocando el "single" "Spirit Walker" en el primer puesto de los UK Indie Charts, algo así como los "charts" británicos independientes. En él sobre todo se aprecia la obsesión que tenía Atsbury por hablar de los nativos americanos y los aborígenes australianos, y sobre todo por el misticismo, costumbres y creencias de los indios y chamanes.

A este increíble éxito siguieron algunas grabaciones en los estudios de la BBC y otros varios "singles" que no dejaban de figurar en los puestos de los Indie Charts, las giras por Europa continuaron y crecía aún más la gran pequeña base de fans del grupo. Un tema que les afianzó fue "She Sells Sanctuary", que llegó al n.º 15 y se quedó ahí por un total de 20 semanas. El comportamiento tan incorrecto de Preston hizo que fuese reemplazado por Mark Brzezicki, batería de los Big Country, y, junto con ese cambio, The Cult ya empezaba a separarse de sus raíces "punk" y sus miras musicales se expandieron hacia otros terrenos, concretamente pusieron el punto de mira en los años '60, demostrado en su segundo LP, "Love", confirmación de lo buena y original banda que podían ser, con un ascenso inmediato al 4.º puesto de las listas y con los EE.UU. fijándose en ellos por primera vez. Las baquetas tomaron otro dueño para los pertinentes tours, Les Warner, y que sirvieron bien para el puñado de temas sueltos que los chicos grababan sin parar. Con el productor Steve Brown rápidamente empezaron a componer otro disco más, y de hecho lo tenían, con un nombre provisional, "Peace", pero el resultado no les satisfacía, por lo que dicidieron mudarse a New York y remezclar una de las canciones con Rick Rubin, quien accedió, pero éste fue más allá. Eso dio pie a que no sólo la canción fuese retocada, sino regrabada junto con el resto del álbum, algo que molestó bastante a Beggar's Banquet por el dinero que habían invertido. Pero aceptaron y se llevó a cabo, y todo desembocó en "Electric", que salió en el '87 con los cuatro músicos en la portada y que fue para muchos el mejor de The Cult, ya desligados de sus orígenes "punk" y ahora tocando un "rock" más duro y más clásico, que ganó nada menos que Disco de Platino en EE.UU..

Tras ser teloneros de unos tales Guns 'n' Roses por las Américas la alineación se fue modificando con el paso del tiempo mientras completaban sus giras, añadiendo y despidiendo a gente (por The Cult pasaron nombres como Eric Singer, Chris Taylor o John Webster). En 1.988 por fin llegó la oportunidad que habían estado esperando. Para ese próximo disco querían hacer algo más grande, algo con lo que gustar de una vez a todos, hasta a sus detractores. Con tanta gente pululando por sus filas se quedaron con un músico de sesión, el batería Mick Curry, y ficharon al ingeniero de sonido de los Aerosmith y productor de los Kingdom Come (...y futuro productor de los Mötley Crüe) Robert Rock. Grabado en los estudios Little Mountain Sound de Vancouver entre Septiembre y Noviembre del '88, con colaboraciones estelares como las de John Webster, Iggy Pop y Mike Fraser, "Sonic Temple" significó la obra maestra de The Cult, con la que se quedaron bordados en la Historia del "rock" para la posteridad. Salió el 10 de Abril y significó un 10.º puesto en el Billboard, 3.º en las listas inglesas, 2.º en Canadá y 6.º en Nueva Zelanda; llegó a acumular un Platino en EE.UU, otro Doble Platino en Canadá y un Oro en Gran Bretaña. Un esfuerzo que merece al menos una escucha en la vida.

En los años del imperante "glam" y "sleaze", donde reinaban aún los maquillajes, las plataformas, las camisetas rasgadas y los cueros chillones desde 1.985, parecía mentira que despuntara un disco con un sonido tan arrollador, tan machacón, tan feroz y desgarrador, con una base rítmica tan demoledora, unos distorsionados "riffs" tan agresivos y una voz tan directa y estridente. Realmente es un presagio de toda la música "rock" y "grunge" que vendría en los '90. Pero aquí The Cult suenan más "heavies" que nunca y también más comerciales, aunque no es un "heavy" "de la época", es un "heavy" intemporal, sucio, corrosivo, lleno de potencia y a la vez repleto de gancho y melodía. Puede que haya un aroma "aerosmithiano" muy perceptible en algunos, ya que el productor es Bob Rock, pero no, The Cult son mil veces más agresivos; su energía "punk" les sigue inevitablemente a todas partes:
       


 -Se adivina con esa larga carta de presentación que es "Sun King" (18.ª en el Mainstream), repleta de ritmo y rabia; una más pesada es "Soul Asylum" (que ya sabemos de donde viene el nombre de aquel grupo), que guarda algo de esencia "blues" y homenaje a los '70, todo ello aplicado al universo musical del disco; "Week Up Time for Freedom" es otra maravilla, con ese estribillo tan puramente "rockero" y esas melodías tan cambiantes. Se podría decir que "Edie" es la "power ballad" del álbum, y la más melódica, otra que se puso la 17.ª en el Mainstream y donde destaca la gran labor de Duffy a la guitarra más que nunca.

        -Luego están los fuertes cortes "Fire Woman", éxito total de The Cult que alcanzó la 4.ª posición en el Mainstream; la muy "sleazy" y "bluesera" "Sweet Soul Sister", 14.ª en la misma lista y también de adictivo ritmo e increíble con esa sección desde el minuto 3:01 hasta el 3:42, donde los '70 brillan más que nunca; más rápida se desarrollaba "New York City", un inmisericorde tratado de "punk" melódico (por llamarlo de algún modo) bastante emparentado con The Stooges (¿será porque colabora Iggy Pop en los coros?). Las más Aerosmith son "Automatic Blues" y "American Horse", grandes canciones excitantes y con mucho "feeling", pura dinamita cuando suena en el tocadiscos.

En general, esto es "Sonic Temple": "rock" a raudales, ni más ni menos. Su portada también lo demostraba, con ese espectacular Bill Duffy a la guitarra delante de un fondo rojo donde aparecía difuminado Ian Atsbury. También se podría decir que los '90 no habrían sido lo mismo sin estos ingleses. Obra de arte allá donde las haya.

(Mejor canción: "Sun King").




        -Great White siempre fueron una de esas bandas californianas de "hard rock" que gustaban porque se encuadraron muy bien en el panorama del momento. Aunque su carrera fue casi siempre sinónimo de altibajo, han logrado ser uno de los grupos más recordados de los '80, y no sólo por aquel accidente que todos nos sabemos.

De la mano del nacido en Montebello, California, el vocalista Jack Russell, influenciado por gente como Robert Plant y Steven Tyler y tras muchas bandas proyecto que no resultaban, conoció en 1.977 al guitarrista Mark Kendall y los dos decidieron unirse, primero llamándose Highway (vendrían muchos nombres más) y dando un último concierto como WIRES hasta que en 1.979 Russell fue encarcelado por un delito (una especie de robo que salió mal). La banda se separó y Kendall continuó por sí solo. Primero reclutó a tipos posteriormente famosos como Steve Riley, Don Costa...y como necesitaban cantantes probaron primero con John Bush, que luego militaría en Armored Saint, mucho más tarde con Butch Say, e incluso con la fémina Lisa Barker (que distinta habría sido la historia si en Great White se hubiera quedado ella a la voz). No así organizaron varios conciertos con la cantante durante algún tiempo y llamándose ahora Dante Fox, hasta que ella se fue a las filas de los Exciter de George Lynch.

Después de 18 meses, Russell ya estaba de nuevo en la calle y se atrevió a hablar con Kendall de nuevo. Como no habían conseguido practicamente nada dio el visto bueno y se quedó con él finalmente. Y con todo ese asunto atado y bien atado dieron su primer concierto en el Trobadour de Hollywood. Ya en 1.981, Alan Niven, quien pertenecía a la independiente Greenworld y había trabajado con Mötley Crüe, se convirtió en el manager de la banda y se grabaron varias maquetas; fue en uno de esos encuentros donde Niven les sugirió que cambiaran de nombre, de Dante Fox a Great White. El origen tiene su gracia: hacía referencia no al Gran Tiburón Blanco si no al mismísimo guitarrista Mark Kendall, a su aspecto, más bien. Todos le llamaban así por su melena rubia blancuzca, su Fender de color blanco y sus zapatos blancos, así que les pareció divertido y, además, apropiado.

Great White eran entonces Russell, Kendall, Lorne Black al bajo y Gary Holland a la batería. Estos muchachos se metieron en el esudio y grabaron un EP de cinco temas llamado "Out of the Night" en la también independiente Aegean Records, creada por Niven. Éste fue convenciendo a las emisoras de radio locales, como KMET o KLOS-FM, para que hicieran rotar las canciones y les dieran la difusión que se merecían, y lo hicieron. Con eso llegaron a tocar en sitios como el Perkins Palace de Pasadena o el Palace de Hollywood, y así EMI se fijaron en ellos y les contrataron para hacer su primer LP.

Aquel disco, que sólo llegó al 144.º puesto en el Billboard, era puro "rock" americano sin más se puede decir; no tuvo muchísima repercusión, pero pudieron girar con grandes como Whitesnake en Inglaterra y Judas Priest en EE.UU. en el "Defenders of the Faith Tour". Tras la marcha de Holland se contrató a Audie Desbrow y se pusieron en marcha con su segundo disco, el cual fue reeditado por Capitol Records, que acogió a la banda en su seno por cuestiones obvias: era 1.985 y todas las discográficas se hacían con todos los grupos que pudiesen para vender y vender...¿importaba si uno de Capitol era la copia de la copia de uno de Elektra o de Polydor? No, pero así era el negocio.

"Shot in the Dark" también era puro "heavy" americano. La voz Russell era una amalgama de la de Steven Tyler y Brian Vollmer y el sonido no se distinguía mucho de lo que hacían DOKKEN, ICON o Rough Cutt, sin embargo tenían carisma y gustaron; el vídeo de la canción "Face the Day" tuvo mucha difusión por la MTV. Así aceptaron al teclista Mike Lardie (músico de sesión) como uno más de ellos, se embarcaron, precisamente, con DOKKEN y empezaron a cimentar su base de fans, que creció con rapidez. En 1.987 sorprendieron con el producido por Mark Kendall y Mike Lardie "Once Bitten...", auténtico éxito de ventas que coronó la posición 23 del Billboard y que fue Platino en EE.UU., ayudado sobre todo por los "singles" "Rock Me" y "Save your Love" que llegaron ser novenos en los Mainstream Rock Tracks; ese trabajo sonaba más "heavy" menos "glam" que el anterior y se notaba que ya empezaron a virar hacia un estilo más emparentado con el "rock" clásico que explotarían totalmente en el siguiente LP.

Si con "Once Bitten..." lograron despuntar en el mercado decidieron seguir con la oportuna continuación, y esa fue "...Twice Shy", aunque ya sin el bajista Lorne Black, que fue reemplazado por Tony Montana (por la canción de Ian Hunter "Once Bitten, Twice Shy", la cual fue versionada en el propio disco). Grabado en los estudios Total Access Recording, en Redondo Beach, salió el 12 de Abril y supuso el punto más alto de Great White en toda su carrera, alcanzando el 9 en el Billboard y el 22 en las listas canadienses, con cuatro "singles" convertidos en "hits". Ese éxito definitivo radicaba de nuevo en el ligero cambio de estilo; seguían siendo Great White, pero también siguieron el ejemplo de muchos de los grupos de "rock" americano de entonces, como KISS, Bon Jovi, Cinderella, etc., que aplicaron a su sonido un toque de "rock" clásico para así, se podría decir, saldar la deuda que tenían con sus ídolos de la década anterior. Quizá fue por la irrupción de gente como L.A. Guns o Guns 'n' Roses, que volvieron a hacer un "rock" más setentero olvidándose del "glam", pero es cierto que los Cinderella de "Night Songs" no eran los mismos que los de "Long Cold Winter" y los KISS de "Crazy Nights" no tenían nada que ver con los KISS de "Hot in the Shade". El "Gran Blanco" también se hizo un lavado de cara y todos quedaron a gusto con ello.



Los temas eran cada vez más extensos, las guitarras eran más AC/DC y menos DOKKEN e inevitablemente se percibía un gusto por el "blues" más añejo. Todo esto se hace palpable con la tremenda "Move It", de divertido ritmo y unos "riffs" muy simples y "rockeros", siguiendo con la pesada "Heart the Hunter", heredera total de Aerosmith. La mejor del álbum era "Highway Nights" sin duda que destilaba una irresistible esencia "rockera" en sus casi seis minutos de duración. Por el mismo camino seguían otras perlas como las "zeppelianas" "Mista Bone", 18.ª en el Mainstream Rock, "Baby's on Fire", la de aires "country" "Bitches and Other Women" o la increíble versión del "Wasted Rock Ranger" de Brad Baker. Uno de los "hits", 5.º en el Hot 100, fue la adictiva "Once Bitten, Twice Shy", la más setentera del disco, y los triunfadores definitivos fueron "The Angel Song" y "House of Broken Love" (inspirada en la mala relación que llevaban Russell y Kendall), con las posiciones 18.ª y 7.ª en el Mainstream, respectivamente.

Gracias a "...Twice Shy", que llegó a Doble Platino en EE.UU. y Canadá, Great White se convirtieron en una de las bandas de "rock" más populares de finales de los '80. Incluso fueron nominados a un Grammy en la categoría de Mejor Interpretación de "hard rock". Eso significa que no hay que recordarles sólo por aquel accidente sucedido en el club The Station en Febrero de 2.003, donde la pirotecnia usada en el escenario hizo arder el lugar y alrededor de 100 personas perecieron en él. Sin duda uno de los más trágicos acontecimientos jamás sucedidos ligados al mundo del "rock".

(Mejor canción: "Highway Nights").



        -Habían sido maltratados por multitud de grupos conservadores que veían en ellos la imagen perfecta de corruptores de menores y los cuales debían ser detenidos a toda costa antes de que los jóvenes sufrieran más. Ciertamente ese ha sido el sino de Steven E. Duren (o Blackie Lawless) & co..

Pero WASP no había nacido siendo WASP. Lawless venía de una banda llamada SISTER de mediados de los '70. Más tarde, ya con Randy Piper, Tony Richards y Rik Fox se formaba la primera encarnación de la banda en Los Ángeles, a comienzos de los '80. Estos herederos de The New York Dolls, KISS y Alice Cooper a partes iguales destacaron enormemente en sus actuaciones por los grandes y salvajes espectáculos que montaban, en los que se disfrutaba de pirotecnia, lanzamiento de sangre falsa y carne cruda al público, alguna que otra monja apareciendo semidesnuda en un potro de tortura y otras demencias surgidas de la retorcida mente del fundador Lawless. En uno de esos conciertos tan desmadrados fueron contemplados por Rod Smallwood, el manager de Iron Maiden, y quedó patidifuso; era difícil no hacerlo.

El contrato con Capitol Records cayó al poco tiempo. WASP ya tenían discográfica. El bajista Rik Fox decidió emigrar a las filas del STEELER de Ron Keel y Yngwie Malmsteen (menudo error cometió) y se fichó primero a Don Costa y luego a Chris Holmes, lo que hizo que el bajo fuese ocupado por Lawless. El EP que realizaron, "Animal", fue bastante controvertido en el mundo de la música en aquellos años (hoy no habría sido lo mismo); en él aparecía una entrepierna con una hoja de sierra en el medio y unas manos cubiertas de sangre (muy del estilo de Blackie). (La jod**a de) Tipper Gore y sus amiguitas del P.M.R.C. cargaron contra ellos como dobermans, pero eso les dio más publicidad, tal como ocurrió dos años antes cuando Maiden eran acosados por grupos religiosos conservadores.

El debut homónimo apareció el 17 de Agosto de 1.984 y causó un gran impacto. WASP se revelaban como una de las bandas más duras y bárbaras del género. Nadie era como ellos; KISS y Mötley Crüe, en vivo, organizaban espectáculos, pero no de la misma índole; WASP habían llevado a otro nivel el oscuro y teatral mundo de Alice Cooper para una música agresiva, letal, y además, adictiva..."heavy" en estado puro. Con el beneplácito de sus jóvenes fans y el odio de los padres de sus jóvenes fans fueron convirtiéndose en uno de los grupos definitivos del movimiento del "heavy metal" que había comenzado en L.A.. Al año siguiente ficharon a Steve Riley como batería y grabaron una de sus obras de arte, "The Last Command", otra bomba de napalm musical que simplemente profesionalizaba y pulía lo hecho en "W.A.S.P.". Las canciones sonaban más consistentes, se experimentaba con la duración; era más grande, más épico, y lo demostraron joyas intemporales como "Widowmaker", "Wild Child" o "The Last Command". Tras este álbum se llega a un punto bajo, "Inside the Electric Circus", en el que ya no estaba el guitarrista Randy Piper. En la alineación entró el bajista de King Kobra, Johnny Rod, y Lawless decidió manejar de nuevo la guitarra. Pero el resultado no fue el mismo. Capitol presionó al grupo para que fueran más comerciales, y el resultado desemboca en un álbum bastante repetitivo y con una no muy acertada producción. Aunque a los fans les pareció bien a la crítica no y mucho menos al líder de WASP. Mientras tanto, los grupos conservadores atacaban todo lo que podían, con la pesada de Tipper Gore al frente, a los chicos. Las amenazas de muerte siempre planeaban sobre los integrantes como halcones (a Blackie le llegaron a disparar dos veces). Toda esta controversia no hacía más que generarles publicidad.

En 1.987 ofrecían su primer disco en directo, "Live...in the Raw", ya sin el batería Steve Riley, que se marchó a las filas de unos jóvenes L.A. Guns. Muchos pasaron por el puesto de las baquetas hasta que se las quedó Frankie Banali, anterior batería de Quiet Riot, aunque nunca fue un miembro oficial. Aquel LP sin duda demostraba lo grandes e igualmente brutales que eran WASP en vivo, con un repertorio básico para entender a la banda. Pero algo crecía dentro de Lawless, y era un odio tremendo a las discográfias, que contrataban a bandas mediocres porque sí sólo para hacer un poco de dinero, a los grupos extremistas, a los censores, a la religión, a los políticos que creaban las guerras. Así que cogió y se desahogó como nunca creando auténticos clamores que sacaron la ira que llevaba dentro. 



Eso es "The Headless Children", publicado el 15 de Abril, no una oda a la perversión sexual o a las emociones fuertes, como el debut del grupo, sino un canto, de una violencia y crudeza sonora inusitada, a la difícil vida en esa corrupta y decadente sociedad en la que Blackie Lawless vivía. Es una visión concreta de una época en concreto. Es su protesta contra el Mundo. Así que, por todo, este cuarto disco es la obra maestra, el más grande de toda la discografía de WASP. Las estructuras son muchísimo más complejas, la producción saca a relucir un sonido épico y durísimo, hay cambios de ritmo inesperados, solos de guitarra que ponen los pelos de punta y una sección rítmica destructiva. Es EL DISCO; aportaron frescura, fuerza y rigurosidad al "heavy metal" del momento:

     

   -La tenebrosa y fría atmósfera de "The Heretic" abría el disco, cada vez aumentando su intensidad, hasta ofrecer una incendiaria pieza de siete minutos. Tortura, melancolía, depresión y preocupación por la juventud era el tema dominante. Lawless nunca se tomó tan en serio sus textos. "The Real Me" era la potente versión de The Who, que le venía que ni pintada al LP, ya que la crisis de indentidad es algo que al vocalista siempre le ha interesado. "The Headless Children" es la que mejor representa el trabajo; unas tétricas voces dan paso a la batería de Banalli y a un "riff" legendario mientras multitud de sonidos extraños se suceden en el ambiente; el tema es un sendero que te muestra la destrucción de la sociedad en su máximo esplendor y la voz de Lawless es la guía: "Padre, ven a ayudarnos de esta locura en la que estamos inmersos. Dios de la creación, ¿es que estamos ciegos? Porque muchos son esclavos que adoran armas que escupen truenos; los niños que has creado han perdido la cabeza. Este monstruo que llamamos Tierra está sangrando, porque la juventud ha sido relegada por mucho tiempo. Esto que hemos hecho crece y se alimenta del odio de los millones que son enseñados a cantar la canción", vociferaba enfadado Blackie, sus versos estaban tejidos con una desesperación reprimida y sus gritos la reventaban. Al final todo se acelera y da paso a la acción, a la velocidad, al "dejar de decir y empezar a hacer". "Thunderhead" es más personal, más intimista, ahora se habla de los problemas de un hombre en concreto: suicidio, mentiras, decadencia, drogas, alcohol, todo en uno en casi siete minutos de brutalidad musical que contó con la colaboración de otros artistas como Kevin Wallace, Jimi Image y la mismísima Lita Ford (también estaba por ahí Ken Hensley a los teclados). La agresiva "Mean Man", sin embargo, está dedicada al estilo de vida tan salvaje de su compañero Chris Holmes.

        -"The Neutron Bomber", otra enérgica pieza más emparentada con la época del "The Last Command", habla de un tal Ronnie, un ser que viene del Este, definido como una bestia y como el desequilibrado rey del terror...cada uno que saque sus conclusiones sobre a qué (o a quién) hace referencia. Este pildorazo nos trae "Mephisto Waltz", una delicada introducción en la más pura línea de aquellas melancólicas instrumentales que Black Sabbath hacía en los '70; tras esta pausa para abstrerse durante un minuto y medio, llega quizá una de las más grandes baladas de "heavy metal" de todos los tiempos. WASP lo intentaron con "Sleeping in the Fire" y "Cries in the Night", pero es "Forever Free" la más intensa, desgarradora y emotiva: "Me desplazo solo, no puedo ver esta carretera hacia ninguna parte, y los susurros de las sombras me llaman por la orilla de los olvidados bosques. Ahí cayó ella, en la oscuridad de la noche, con un suspiro fuera de la luz del Cielo, y dijo "no llores por mí, te estoy abandonando". El viento grita su nombre sobre la brisa, pero no puedo retenerla por más tiempo. Algún ángel caído ha venido, se ha desplomado sobre mi alma y me ha robado el amor que escuché. Aunque los Señores del tiempo dicen que nunca se muere ella me dice "no llores por mí, porque estaré cabalgando sobre el viento, siendo libre para siempre" ", decía la letra. Nunca Lawless ha compuesto una canción tan emocionante, lacrimógena y redonda; difícil es no soltar alguna lágrima si se presta atención al tema por entero. Se recupera la dureza tras la calma con "Man Eater", otra que también recuerda a las del "The Last Command"; tanto su música como sus letras son potentes, reivincando la inmortalidad y la persistencia en el tiempo del espíritu del "heavy metal" a través de un incansable viaje en moto por distintos parajes y situaciones de peligro. Y la reivindicación no puede terminar mejor con "Rebel in the F.D.G. (Fucking Decadent Generation)", y es que el título lo dice todo; es autobiográfica hasta la médula y hecha para concienciar a los jóvenes y a esas personas dormidas y dominadas por la estúpida sociedad que habitan. Blackie Lawless se convierte en un predicador furioso, escupiendo fuego por la boca con sus cazallosos y chirriantes gritos.

Personal, crítico, demoledor, vigoroso, frío, transgresor y "heavy" a más no poder es este "The Headless Children". Hasta su portada, donde aparecen personalidades como Hitler, Mussolini, Manson, Khomeini o Stalin, ya es simplemente legendaria, y aunque sólo llegase al 48 en el Billboard WASP recibieron críticas positivas (por fin) y, como era de esperar, hicieron historia.

(Mejor canción: "The Headless Children").




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