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Circus 2000 - An Escape From A Box (1972)

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 La música progresiva italiana siempre ha ofrecido grandes sorpresas sonoras. Desafortunadamente, algunas bandas no han recibido el reconocimiento que merecen, especialmente hoy en día, por lo que fueron pioneros en el pasado, en tiempos de experimentación y de arriesgarse en la búsqueda de lo que siempre han defendido como esencial para su estructura musical.  Bandas como CIRCUS 2000 estaban a la vanguardia de la música progresiva en Italia y ayudaron a construir una escena que todavía era embrionaria, en formación, cuando muchas de las otras bandas que se volverían influyentes en los años 70 todavía estaban surfeando las olas del beat italiano, una música que, aunque estaba de moda entre los jóvenes italianos cool, tenía un sesgo accesible y, yo diría, ingenuo para los oídos más exigentes.  Circus 2000 se formó en 1969 en Turín y lanzó su álbum debut homónimo en 1970 con el sello RiFi. Presentaba un sonido psicodélico, alucinante y lisérgico con toques de folk rock. Ten...

Uzva - Uoma (2006)

 Hace unos días tuve el capricho de volver a ver aquella película de 2015 sobre el mundo de las escuelas de jazz estadounidenses llamada “Whiplash” y que si alguno de vosotros aficionados a la música de cierto nivel, por un casual no ha visto, recomiendo encarecidamente su visionado y sobre todo por si queréis pasar un mal rato. No porque la película sea mala, al contrario, está perfectamente realizada, sino por su contenido psicológico y violencia que de alguna forma te hará odiar la música casi definitivamente. 



La mayoría de las veces vemos el resultado de la excelencia cuando escuchamos músicas extraordinarias perfectamente ejecutadas, lo que no sabemos y eso solo el músico puede experimentarlo es la pesadilla y el infierno que hay detrás. Maravillosos directores de música, maestros y genios encumbrados los tenemos en todos los estilos “nobles” del arte del sonido. Lo que la mayoría pasamos por alto es el infierno interior que subyace en el mundo del arte y no solo en la música. 

Desde que nacemos nos empujan a competir en prácticamente todo y a aprender a aplastar la cabeza del vecino. A veces pienso que la persona mentalmente más equilibrada es aquella que no hace absolutamente nada y después descansa. Este pensamiento toda mi vida ha sido recurrente y me ocurre siempre que escucho músicas perfectamente realizadas, libros excelsos y profundos, películas magníficas, cuadros maravillosos y arquitecturas asombrosas y luego me doy cuenta que detrás de eso hay una terrible patología humana que se llama perfeccionismo.

Al escuchar a esta banda finlandesa de jazz y clásica de cámara casi al mismo tiempo me ha recorrido un escalofrío porque he intentado encontrar algún error o fallo interpretativo y no lo he encontrado o mi torpeza lo ha pasado por alto. Uzva son instrumentales. Con tres discos magníficos Trece músicos que casi suenan perfectamente como una big band cruzado con una orquesta de cámara. Todo está en su sitio. Todo es limpio e inmaculado. Casi perfectos o directamente perfectos. La escucha es un placer lógicamente pero no sé porque narices me ha sonado como una implacable disciplina inmune al fallo. Por eso me he acordado del miserable profesor de música Fleicher de la película antes mencionada o incluso podría ser cualquier otro músico famoso a los que adoráis con veneración. Sin duda todo es producto de mi imaginación o no, y veo siempre a una implacable figura dominante controlando el cotarro.

 Esta misma sensación la tengo con los encumbrados y odiosos líderes de grupos de rock, con los directores de orquesta, compositores, directores de cine o incluso con las bandas japonesas de prog instrumental que las imagino castigándose con una terrible disciplina zen al igual que aquel profesor de gramática del colegio de curas que te daba una hostia si te dejabas una coma o levantabas la cabeza en la hora de estudio en perfecto silencio. Personas que hayan pasado por un conservatorio o por complejas carreras académicas comprenderán lo que quiero decir.



 El aprendizaje es un camino costoso y duro no hay duda y la música es una de las disciplinas más exigentes que existen si lógicamente lo que queremos es un resultado final óptimo. Pero al final yo siempre me hago la misma reflexión…”es necesario hacer tanto el gilipollas y mortificarse para disfrutar de la vida y del tiempo de ocio?”. Incluso estar varios días en silencio sin escuchar músicas y sin hacer absolutamente nada es una terapia recomendable os lo aseguro. Bromas y sarcasmo aparte esta banda finlandesa es estupenda y lo hacen maravillosamente.

Alberto Torró


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24:46 - Chinese Daydream, Part 1 
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