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Carpet - Collision (2024)

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  No soy muy proclive al prog moderno, aunque reconozco que a veces hay cosas interesantes. Una de las peculiaridades del estilo es que con los años se ha ido abriendo cada vez más por cauces más variados, eso que llamamos ecléctico que bien puede acabar en un puzzle indefinido o en un nuevo resultado de la química sonora. Como ya dije la semana pasada en los tiempos distópicos y desagradables que por desgracia nos tocan vivir, es fácil encontrarnos con músicas que así lo reflejan. Cada vez la música es más áspera y más infeliz y uno que contempla la degradación humana a diario y el camino hacia la locura que tanto por  la política deshumanizada del negocio y poder, así como por la disminución de inteligencia global y aumento de la maldad en el planeta se da cuenta que ya no hay vuelta atrás. Cada día será peor que el anterior, bien sea por el clima y cambios naturales o por guerras en todos los frentes. No me toca decir a mí si la inteligencia artificial será algo mejor o peo...

Rockliquias en los 80: 1.981 Part. 1 (colaboración Christian Jiménez)

La leyenda continua y las obras maestras pueden seguir acumulándose sin ningún problema, ya que ahora vamos a seguir con el gran saco lleno de joyas que nos trajeron los '80 y hablar de las 10 obras que yo considero máximas del "rock" y sus muy variadas vertientes del año 1.981.
Como las semanas anteriores pondré los cinco primeros según el orden en que salieron al mercado y conquistaron las listas y el corazón de las masas.
No hay porqué aguardar más:



        -Siete doctores con batas verdes aparecían en la carátula del quinto álbum de estudio de una banda que se convirtió en una de las más importantes de mitad de los '70, ya que de algún modo dieron un enfoque distinto al por aquel entonces no muy explotado "heavy metal".


Ritchie Blackmore junto con Ronnie James Dio llegaron con RAINBOW y se ganaron una reputación que les condujo a lo más alto del escalafón metálico con obras de arte como "Long Live Rock 'n' Roll" o "Rising". Pero a principios de los '80 Blackmore seguía queriendo hacer más comercial al grupo, cosa que no le gustó a Graham Bonnet, que se marchó apenas empezaron las sesiones de grabación.



Entonces llegó Joe L. Turner de Fandango y Bonnet se daría de cabezazos cuando vio lo que salía el 3 de Febrero a la calle. "Difficult to Cure" llegó al 3.er puesto en las listas británicas, al 50 en el Billboard 200 de EE.UU. y el "single" "I Surrender" se convirtió en todo un éxito, alcanzando también la 3.ª posición.



Y es verdad que puede pecar de muy comercial comparado con los anteriores, pero es que la esencia tan metálica del grupo no se va, por mucho teclado que se metiera de por medio. Así encontramos trallazos de vena clásica como "Spotlight Kid" o "Freedom Fighter" convergiendo con los matices que hacían de "Can't Happen Here" o "Magic" temas más asequibles y comerciales perfectos para ser "singles".



A destacar también las épicas "No Release", con esas pinceladas de "soul" que se dan a mitad del tema consiguiendo una atmósfera apabullante, y el broche de oro que es "Difficult to Cure", con partes de la 9.ª de Beethoven sonando por todo lo alto a la guitarra imperecedera de Blackmore acompañada del teclado de Don Airey.


Mejor canción: "No Release"



        -Grupo totalmente maldito desde sus comienzos, los de Brooklyn RIOT tuvieron que cruzar un sendero de calvario infinito para poder hacerse un pequeño hueco en la industria de la música desde que empezaron allá por el '75.


Sus dos primeros álbumes no consiguieron ningún éxito, ya que a finales de los '70 lo que pitaba era la música "disco" y cosuchas así. Hasta sus managers les dijeron, a ellos que eran fans de Montrose, Humble Pie y FOGHAT, que cambiaran por completo, adoptando el estilo "new wave" que llevaban gentes como Talking Heads. Esa idea ni pasó por sus cabezas, claro.





Al final, luchando contra el management, los ejecutivos y la compañía en general, se largaron de aquellos lares y un disco recién sacado del horno llamado "Fire Down Under" fue vendido a Elektra Records, que lo puso a la venta el 9 de Febrero de 1.981, llegando a vender más que los dos anteriores de RIOT juntos, alcanzando el Top 20 de los álbumes más exitosos, metiéndose en la listas Billboard y quedando en la Historia como un plástico inmortal del "heavy metal" de los '80.
Su sonido era como una inyección de nitroglicerina directa a los tímpanos; algo así como un precursor de lo que se haría en "The Number of the Beast" o Metallica en años venideros, por algo Lars Ulrich era fan del grupo. ¿Cómo iba RIOT a repeinarse, ponerse pantalones de pitillo y zapatos con punta si estaba claro que lo suyo era puro desenfreno metálico?




Así que con la revitalización del "heavy metal" gracias a la N.W.o.B.H.M. por fin pudieron gozar de un poco de atención. No es para menos; en este "Fire Down Under" tenemos una muestra de lo que es "heavy metal" a 1.000 por hora: el himno con el que abre, "Swords And Tequila"; los pildorazos rapidísimos "Don't Bring me Down", "Run for your Life" (el "Purgatory" de RIOT) o el que da título al trabajo, y otros más pesados pero igual de intensos como "Outlaw" o "Struck by Lightning". Las guitarras corrosivas de Mark Reale y Rick Ventura y una base rítmica hecha para destrozar hormigón como era la del tándem Kip Leming/Sandy Slavin rompieron moldes dentro del género. Con este álbum se pueden llegar a comparar con Motörhead o Iron Maiden, por poner un ejemplo, aunque la voz de Guy Speranza era chillona y de tonos muy altos; una voz típicamente "heavy", pero el sonido era igual de potente y lleno de energía.


En Noviembre de 1.981 Speranza se marcharía del grupo para casarse y convertirse en controlador de plagas y los chicos buscarían un sustituto pero ya sin lograr éxito. Todo se acabó en 1.984. Cada uno se fue por su lado y todo su "prestigio" se basa en ese disco de 1.981, una de las más grandes obras del "rock", ya de culto y de obligatoria escucha.



Mejor canción: "Swords And Tequila"



        -Tremendamente perfeccionista, la banda de "hard rock" progresivo RUSH siempre ha facturado álbumes interesantes, pomposos, elaborados, donde se encuentran piedras preciosas de la talla de "Hemispheres", "2112" y el que sacaron el 12 de Febrero de 1.981, que es el que nos ocupa, "Moving Pictures".



El más exitoso y el de mayor calidad musical, donde las piezas se siguen mostrando muy complejas e intrincadas, pero se acortan las duraciones y se ahonda en una faceta más comercial, que lejos de ser un hándicap hace que el álbum consiga un resultado más asequible, con grandes melodías llenas de virtud y experimentación, donde hay que nombrar esa extensa suite que es "The Camera Eye" y que recuerda a clásicos como su "Cygnus X-1 Book II: Hemispheres".



Pero el trío supo dar también lo mejor de sí en la de aires "hard rockeros" "Red Barchetta", donde Geddy Lee se muestra pletórico al igual que la guitarra de Alex Lifeson, como pasa en "Witch Hunt", "Limelight", "single" que llegó al 4.º puesto en las listas estadounidenses, y en el potente himno "Tom Sawyer" que abre el disco entre sonidos futuristas, un ritmo pesado y Lee sonando como nunca.



Este trabajo llega a la 3.ª posición tanto en EE.UU. como en Inglaterra y el grupo canadiense consigue la friolera de 4.000.000 de discos en Norteamérica para el '84, así que es certificado con Cuádruple Platino, y no sólo en ese territorio sino también en su Canadá, y llegan al Plata en Gran Bretaña, lo que hace de "Moving Pictures" uno de los más atractivos, altilocuentes, disfrutables y atrayentes plásticos de "rock" de los '80. Apoteósico, sin duda.


Mejor canción: "The Camera Eye"





        -¿Que las mujeres y el "heavy metal" no pegan? Si alguien ha pensado eso alguna vez es que no tiene ni puñetera idea.
Podemos contar desde 1.971 con BIRTHA para saber que un grupo compuesto por féminas sabía hacer "rock" igual de bien que toda la testosterona que pululaba en los demás grupos masculinos que lo rodeaban. The Runaways o Rock Goddess podrían ser algunos a nombrar, pero sin duda las que se hicieron con el podio en los '80 fueron las Girlschool , una banda originaria del sur de Londres compuesta por cuatro ninfas de salvajes instintos que llamaron la atención del manager de Motörhead, Doug Smith, que fue muy listo al contratarlas para la gira "Bomber" de 1.979, cosa que hizo que los dos grupos, desde entonces, tuviesen una especial amistad, y que el 20 de Abril arramblaron con los críticos más conservadores cuando su "Hit And Run" llegaba al 5.º puesto  en las listas británicas, se certificaba con Oro en Canadá y el "single" de mismo título llegaba al 5 vendiendo 70.000 copias en los dos primeros días que estuvo a la venta.



En este trabajo dejaron bien claro que su estilo musical, que aprovechaba el tirón de la N.W.o.B.H.M., era muy afilado y consistente, pero no dejaba de ser un "rock" sucio, frenético, callejero y "punk", donde toda la electricidad que descargaban las guitarras de Kelly Johnson y Kim McAuliffe quedaba grabada a fuego entre el remachador bajo de Enid Williams y los baquetazos que pegaba Denise Dufort. Y, ¡por Dios!, cómo cantaba cada una de ellas en los temas; piezas rápidas, incendiarias, explosivas cuanto menos, como serían "Kick It Down", "Watch your Step", "Yeah, Right!", "I'm your Victim" y obviamente la que da título al álbum, que es algo así como el "Ace of Spades" femenino.



En fin, hubo de todo, críticas positivas, como las del New Musical Express y la de Malcolm Done, de Record Mirror, que llegó a afirmar que la versión que las chicas hicieron del "Tush" de ZZ Top era "la mejor en la Historia del vinilo", y, por supuesto, negativas, como la de Garry Bushell, de SOUNDS, que no le sentó bien que cuatro chavalas de barrio llegasen a cosechar más éxito que muchos artistas que él había nombrado como superiores, cosa que le valió para vapulearlas sin ningún sentido...pero a ellas les daba igual, ellas siguieron haciendo lo que mejor hacían, aunque por derroteros un poco desacertados en los años siguientes. Eso sí, muchos grupos femeninos actuales quedan a la altura del betún si son comparados con estas máquinas que dejaron patidifuso a medio mundo al demostrar que sabían colgarse los instrumentos y tocar igual de bien que los grupos masculinos de la época...incluso mejor que algunos de ellos.


Un cáncer se llevó a Kelly Johnson el 15 de Julio de 2.007, pero ahora estará allá arriba, en el Cielo, y seguro que lo tiene a sus pies a golpe de guitarra.



Mejor canción: "Hit And Run"



        -Múltiple Platino en EE.UU., Cuádruple Platino en Canadá, 1.º en el Billboard estadounidense durante varias semanas, 5.º en Inglaterra, con "singles" llegando a lo más alto de las listas...todo esto se llevó el "4", que vio la luz un jueves 2 de Julio, de los neoyorkinos Foreigner, un grupo que ya llevaba desde el '77 cosechando éxitos y que consiguió llevarse por fin el gato al agua con su cuarto disco de estudio.



La palabra "AOR" para encasillar este disco en tal género podría no ser muy acertada. Cierto es que hay teclados, coros muy destacados y melodías pegadizas, pero yo no consideraría a "4" como un disco de "AOR" propiamente dicho. "AOR" fue el "Hold your Fire" de RUSH, el "Escape" de JOURNEY, puede algún que otro de ASIA, el "IV" de TOTO, pero en este álbum hay un contraste entre bellas melodías y una pura energía "rockera" que lo hace ser "rock" comercial, y ahí es donde llega el límite. Además, Lou Gramm no sonaba como Geddy Lee o Steve Perry, su voz era agresiva, poderosa a más no poder y los temas más "rockeros" que tocaban no eran menos fuertes que los que hacían TRIUMPH o Survivor por la época, donde la guitarra de Mick Jones se expresaba con mucha fuerza cuando entraba en juego como en la pesada "I'm Gonna Win" o "Night Life".



"Waiting for a Girl like You" y "Girl on the Moon" eran triunfos como baladas, y con la grandilocuencia de aquel himno de denso comienzo "Jukebox Hero" y la belleza de "Urgent", con el desgarrador saxofón de Jr. Walker de fondo, que llegó al 1.er puesto del Billboard "Rock" Tracks por cuatro semanas, se podría afirmar que este fue uno de los mejores álbumes de los '80 al mezclar tanto comercialidad como furia "rockera" que tan bien supo imprimirle el cuarteto Gramm/Jones/Willis/Elliott y el mago de los controles Robert J. Lange en una producción excelente, vanguardista y experimental como pocas.


El guitarrista Ian McDonald y el teclista Al Greenwood, que dejaron el grupo antes de este "4", estarán aún tirándose de los pelos por no haber participado en tal obra maestra.



Mejor canción: "Jukebox Hero"




La semana que viene más, amigos.

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