Es curioso la huella que dejan algunos discos en la historia del prog. Medio siglo ha pasado desde aquel inmenso 1974. Digo inmenso porque todas las bandas progresivas de la época sacaron sus mejores galas y sus paranoicas locuras creativas en esa franja de 1973-74. Aquí en Hispanistán y si engañaban a la censura recalcitrante de la época nos llegaban las cosas algo más tarde. Yo tenía 20 años. Estaba en la mili con la disyuntiva entre suicidarme o intentar formar parte de Tip y Coll o los Hermanos Marx en sentido figurado claro. Opté por lo segundo. No os lo había dicho pero la vida era en blanco y negro. Igualica que la portada de The Lamb Lies Down On Broadway. Algunos colegas de los cuales ya no tengo ninguna relación tenían gratos recuerdos de aquella época. Yo escasos o ninguno. Debido a la ya de por si escasa tendencia a la alegría parecía estar esperando ese doble disco de Genesis que ni dios entendía, ni creo que sigan entendiendo. A veces me encanta otras lo odio. ...
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JUDAS PRIEST - Rocka Rolla (Colaboración de Christian Jiménez)
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Hoy por hoy vale la pena recordar que Judas Priest es la banda de "heavy metal" por excelencia, y, en mi opinión, por encima de Iron Maiden, Black Sabbath y Pantera, y muchos más...
Disco tras disco, desde sus inicios, se ha presentado como un combo de potencia, energía, maestría, virtuosismo, técnica y un puñado de sinónimos más que sólo servirían para adular a este grupo que lleva regalando a todo el mundo una serie de álbumes ya legendarios. No podría decir otra cosa de mi banda de "heavy" favorita.
...Pero también vale la pena recordar sus comienzos.
Judas Priest no nació como banda de "heavy", sino como banda de "hard rock", que en 1.974 sacó su primer disco al mercado bajo el ínfimo sello Gull Records. Nadie por aquellos tiempos habría pensado que los Priest se convertirían, pocos años después, en la banda líder del movimiento del "heavy metal". Pero así sucedió, y "Sad Wings of Destiny" (1.976) salió convirtiéndose en auténtico disco de culto en el mundo de la música "rock".
..Aunque eso es avanzar mucho. Ahora es el momento de hablar de aquel primitivo debut, el no menos impresionante "Rocka Rolla". "No menos impresionante" porque también merece su reconocimiento. Estamos ante una banda que todavía no había encontrado su verdadero camino, que no estaba siguiendo una línea concreta, sino que había hecho un disco mostrando cuáles eran sus influencias (principalmente Hendrix, Uriah Heep, Zeppelin, y, por encima, de todo, Black Sabbath) y que, sin problemas, podía destacar de alguna forma en el mundo del "rock".
Si hacemos memoria hay que recordar que destacar en el mundo del "rock", en una época como los '70, era un poco difícil. En el '74, aparte de los grandes Sabbath, Purple, Zeppelin, Heep, Tull, Nazareth, Wishbone Ash, etc., también había otro buen puñado de bandas que pretendían hacerse un hueco en aquellos años dorados...la lista es, literalmente, interminable.
Pero Judas Priest tenía algo más que muchas bandas no podían presumir de tener. Lo primero era la alucinante voz de Halford, la voz del "heavy metal". Una garganta que era capaz de cascarse agudos que ponían la carne de gallina y luego bajar a unos tonos graves oscuros y agresivos que aterrorizaban (como ejemplo hay está el "Evil Fantasies" para corroborarlo). Lo segundo era el dúo de guitarras Tipton/Downing, ya mítico en el "rock" y el "heavy", hervidero de solos hipertécnicos que son capaces de quitar el hipo. Batallas mercenarias de "riffs" y que nadie pudo ni ha podido ni podrá igualar jamás. Por último el trabajo del gran Ian Hill, que, junto con la ristra de baterías que fue pasando por el grupo, siempre supo conjugarse como una base rítmica atronadora y contundente como pocas ha habido. Quizás algunos de estos tres ejemplos no destaca enormemente en este debut, pero se deja ver y se intuye que después vendrán tiempos mejores.
La primera que voy a destacar es una canción muy Priest: "Dying to Meet You". Dividida en dos partes; la primera se podría decir que es como una balada "blues" y la segunda, tras una pausa, estalla con un característico y divertido "riff" que presagiaba cosas como "Let us Prey/Call for the Priest".
"Never Satisfied" es una tremenda canción de "rock/blues" muy típico de los '70 que hoy en día se hace raro escucharla en un repertorio de los Priest, pero interesante a la vez. Casi cinco minutos de canción, y con el mismo ritmo, que no se te hace pesada en absoluto. El trío "Winter/Deep Freeze/Winter Retreat" es algo también muy típico. "Rock" progresivo con cambios de ritmo que ya practicaban infinidad de bandas en la época, pero que Priest demostró saber hacer muy bien. Esa última parte a lo Black Sabbath/Uriah Heep merece más de una escucha. Ya temas como el "Rocka Rolla" o "Cheater" son canciones netamente "rockeras", que podrían haber sido tocadas perfectamente por Nazareth, Zeppelin o FACES. Y, por último, esa gran balada "Run of the Mill", con un solo larguísimo, delicado, suave, casi inaudible. Para mí el tema más Sabbath del disco, que parece estar queriéndole hacer la competencia a "Solitude". Aquí Halford ya mostraba al mundo su buen quehacer con esos agudos imposibles y la plenitud de la que gozaba su garganta.
En resumen, un disco que pasó desapercibido en el momento de su salida, pero que, poco a poco, se ha convertido en una obra de auténtico culto.
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