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Panna Fredda - Uno (1971)

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 Hay discos que no nacen: se invocan. Uno de Panna Fredda es un espejo roto donde se refleja el fin de la inocencia prog. Es el sonido de un grupo que vio el fuego de los 60 apagarse y decidió prender su propio incendio, aunque fuera el último. Aquí no hay paz ni complacencia: hay Mellotrones como cuchillas, voces que parecen oráculos y guitarras que cortan el aire como un ritual de medianoche. Si el rock progresivo italiano tuvo un momento oscuro, fue este. Y se siente glorioso. Cuando salió en 1971, Uno fue como un conjuro lanzado en una plaza vacía. Pocos lo escucharon. Menos aún lo entendieron. El disco quedó flotando en el limbo, mientras las luces de los 60 se apagaban y el rock italiano se metamorfoseaba en algo más grande, más extraño. Panna Fredda no tuvo tiempo de convertirse en leyenda en su momento: el servicio militar, la censura y la maquinaria de la industria los trituraron antes de que el humo se disipara. Pero los discos malditos no mueren, solo esperan. Con los añ...

ZEUHL: SCHERZOO - Vol.01 (2011)

Volvemos nuevamente al caso de un baterista-compositor liderando una banda. No es un caso particular del Zeuhl, de hecho, estas situaciones se dan con mayor frecuencia en el mundo del jazz que en el rock y bueno los que aporreamos parches y platos también tenemos estas iniciativas. Pero siendo realistas en el caso de esta agrupación su líder se defiende también como multinstrumentista. 


François Thollot antes de formar Scherzoo grabó dos discos tocando contrariamente el piano y guitarra y dejando la sección rítmica en manos de invitados. El estilo de Thollot está orientado al zeuhl fusión instrumental en la línea de Magma cuando estos prescinden de masas corales no obstante Scherzoo tienen una mayor accesibilidad que la banda de Vander y para haceros una idea están más cerca del jazz rock y de las bandas de Canterbury en línea Elton Dean o los “In Cahoots” de Phil Miller y concretamente en este primer volumen. No hay excesivas bondades melódicas y la música es bastante áspera por lo que va a exigir cierta concentración en la escucha. Lo difícil requiere cierto esfuerzo pero como siempre digo tiene su compensación. En realidad lo que estamos escuchando es un compendio de jazz contemporáneo y vanguardia clásica camerística en formato rock fusión. Definir el zeuhl de otra manera sería marear la perdiz y buscar etiquetas cansa. Los que acaban denominando o etiquetando la música son los oyentes o los críticos, pocas veces los propios músicos o los “inventores en composición”. En las seis piezas aquí contenidas hay largos recorridos entre extrañas conversaciones de guitarra, saxo y piano con un contundente bajo distorsionado con una compleja estructura rítmica. 


En “Voyage au bout de la nuit” (19.15) la larga pieza de cierre puedes encontrar incluso ecos del King Crimson más extremo y avantgarde con su tren rítmico pesado y despiadado donde solo el prominente saxo quita esa sensación de la cabeza. Hay mucho sabor experimental en todo el disco que no busca en absoluto una sensación agradable ni melódica sino de desgarro y excitación sonora. Aquí el Zeulh y el R.I.O se dan la mano para tocarte bien las narices ni para que te tumbes con sonrisa placentera. Los amantes de lo angustioso y creativo tienen un buen plato para degustar donde maravillarse o armarse de paciencia. Con todo la música aquí contenida es de muy alta calidad.
Alberto Torró




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Este domingo (23/08/2020) a las 21:00 primer programa de DISCOS PARA INQUIETOS en ROCKLIQUIAS RADIO
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