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BLUE ŐYSTER CULT - Ghost Stories (2024/ Frontiers)

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 A cuatro años de su último álbum real "The Symbol Remains", Blue Őyster Cult dicen que adiós al estudio. Lo normal sería lo contrario. Que dejaran las agotadoras giras, todavía más pesadas a su edad, y se interesaran por crear.  Pero a éstas alturas, dudo que el romanticismo les importe algo. Se la suda un ciento. Saben que la pasta está en los directos, aunque tengan que morir sobre un escenario. Y eso que aquel "The Symbol Remains", haciendo criba y dejando 40 minutos, dejaba ver un buen álbum.  Sobraba paja ajena a la banda. Me encanta el título con segundas del "nuevo", "Ghost Stories". Entrecomillo porque de "nuevo" no tiene nada. Que se trata de material raro e inédito del 78 al 83. O sea, con la formación estelar mayormente: Albert Bouchard (batería,  bajo, voz), Joe Bouchard (bajo, guitarra, teclados, voz), Allan Lanier (guitarra, teclados), Eric Bloom (voz solista, guitarra, teclados) y Donald "Buck Dharma" Roeser (g

NAZARETH - Expect No Mercy 1.977 (colaboración Christian Jiménez)

Hablar de este disco es algo muy especial para mí, ya que fue el álbum y el grupo que me introdujo en el "rock" clásico y el que me hizo adorar los '70, quedándose para siempre como mi década predilecta, musicalmente hablando.
Obviamente yo ya conocía a AC/DC, Lynyrd Skynyrd, Jethro Tull, Judas Priest, Black Sabbath, Ted Nugent, etc., pero claro, nunca me había dignado a descubrir a estos grupos íntegramente en su parte más clásica, sólo conocía algunos temas sueltos y ya está.
Entonces Nazareth llegó venido de la nada cuando yo me declaraba un fan incondicional del "groove metal" de los '90. Pero fue cuestión de tiempo; Dios vendiga a mi padre que llevaba en el aparato de música de su coche este disco que comenzó a sonar estridentemente con una canción que ya no se me iría jamás de la cabeza, y sería por la contundencia musical, por la voz tan cazallosa y chirriante del cantante o por la potencia de su "riff", pero me cautivó al instante.
Así Nazareth se convirtió en mi grupo favorito hasta la fecha y lo seguirá siendo por los siglos de los siglos.




Y los escoceses merecen un buen reconocimiento por el esfuerzo que hicieron.
En 1.976, tras sacar dos de sus álbumes más experimentales, "Close Enough for Rock 'n' Roll" y "Play'n' The Game", tenían que volver a meterse en el estudio para grabar otro LP; así era la vida en aquellos tiempos: grabar un disco, promocionarlo, hacer su gira correspondiente, grabar otro disco, promocionarlo, etc.
El anterior fue un trabajo muy rápido, con una preparación que no existió, de ahí que hubiera tantas versiones en él. Pero "Expect no Mercy" fue muy distinto.
El manager del grupo les dijo que tenían 6 semanas para el tinglado, así que fueron dos para escribir los temas, otros dos para grabarlos y otros dos para editarlos y juntarlos en un álbum.
Cuando el proceso estuvo acabado, los mandamases de los estudios A&M no aceptaron el trabajo, ya que en él había demasiado "blues" e incluso "riffs" de estilo "country", y les dijeron que no, que querían que volvieran a sus raíces para que los fans reconocieran a los Nazareth de siempre, y no más "blues" suave. Obviamente esa decisión estuvo basada en las pocas ventas que hizo el "Play'n' The Game", y quien tenga el "digipack" de "Expect no Mercy" que salió en 2.010 con aquellas primeras versiones de temas como "Gone Dead Train" o "Kentucky Fried Blues" lo entenderá.



Así que no tuvieron más remedio que agachar las cabezas y volvieron, sin muchas protestas, a entrar en el estudio para rehacer el álbum y añadir otros temas más acordes con lo que hacían en años anteriores; es decir, tuvieron que "Nazarethizar" un poco más el material.

Y vaya si lo hicieron. El quinteto volvió por sus fueros grabando un disco alucinante, de puro "rock" y sin concesiones, a lo "Razamanaz". Nunca habían sonado tan fuerte y de manera tan estridente como lo hicieron en aquel momento.
Fue el álbum más potente de Nazareth hasta esa fecha, porque hasta se acercaron aunque inconscientemente a terrenos más crudos y llegaron a calar entre los seguidores de un género que por entonces Black Sabbath comenzó a explotar y que tendría su máximo exponente en los cada vez más populares Judas Priest: el "heavy metal".
Si los directivos querían que el grupo creara un disco desde el prisma del "rock" lo consiguieron con creces.




Así podemos empezar con la canción que da título al trabajo: 
-Ya un clásico imperecedero del "hard rock" de los '70, donde comprobamos que la guitarra suena más áspera, que la garganta de McCafferty parece más forzada y que la base rítmica de Agnew/Sweet está hecha para destrozar tímpanos. Unas letras que hablaban de violencia y peleas callejeras, un "riff" y un solo incendiarios y unos carrasposos gritos que no hicieron sino darle al disco el comienzo que merecía, para declarar que Nazareth volvían y con más rabia que nunca.
-Tras este puñetazo en la cara nos adentramos en el lado más divertido del grupo con la versión de Crazy Horse de su "Gone Dead Train". Siempre han sabido hacer versiones y no iba a ser menos, porque la canción se amolda perfectamente a la atmósfera del álbum. Se continúa con un ritmo enérgico dando paso a una sorpresa, "Shot me Down".
-Los años del "Close Enough for Rock 'n' Roll" vuelven con ese dulce medio tiempo "aorero" lleno de melodía en la línea de las anteriores "Carry Out Feelings" o "Wild Honey", donde todo pega un cambio para que nos tomemos un ligero descanso, ahora disfrutando de los agudos falsetes del siempre versátil Dan McCafferty.
-Así, después de tres ligeros minutos y medio, nos quita la calma de un plumazo una hermana gemela del "Expect no Mercy", "Revenge is Sweet". Aquí todo suena aún más duro que en la primera, donde lo que más destaca es la racha de baquetazos que pega Sweet a su batería. Seguimos con "Gimme What's Mine", más dinámica y menos hermética aunque en la misma línea de rabia "rockera", con un cambio de ritmo pero que muy interesante a los 1:42 minutos.



"Kentucky Fried Blues" abría la segunda cara del vinilo. Uno de los "blues" más corrosivos que hay, otra vez con la Fender de Manny Charlton lanzando distorsionados "riffs" como cuchillos mientras McCafferty se desgañita en cada verso.

-"New York Broken Toy" es otro buen tema donde se cruzan tanto guitarras eléctricas como acústicas presagiando lo que vendría en el álbum posterior cuando a los chicos se les uniera Zal Cleminson. Cambios de ritmo y un solo pletórico de fuerza como en "Gimme What's Mine" nos muestra una interesante y disfrutable composición.
-La versión de "Busted" es otra muestra del buen "blues" que ha sabido hacer siempre Nazareth. Es algo que le pega a esta banda, con la voz que pone el vocalista y el americanizado sonido tan añejo que consigue la guitarra. Entonces "Place in your Heart" toma el relevo.
-Otra corta pieza de "AOR" alegre, entrañable y desenfadada para escuchar en la radio en pleno verano dando un paseo por la playa. Un tema que se convirtió en "single" y que fue a las listas fácilmente.
-Y para acabar la balada que nunca puede faltar en el repertorio de la banda, "All the King's Horses". Con un marcado tono épico se da una perfecta y bellísima composición que seguro influenció a las posteriores "power ballads" "heavies" que facturaban los de la "N.W.o.B.H.M." y que tanto pitaron en los '80.


Aparte se sacaron otros "singles" y caras "B", como "Greens" y la "bluesera" "Desolation Road". Aunque mucho más tarde salieron a la luz otros temas que nunca se editaron definitivamente en su momento, como una curiosa "Life of a Dog", muy atractiva de escuchar por su vena de directo; la primera versión más experimental y "blues" del "What's in It for Me?" del siguiente "No Mean City", "Can't keep a Good Man Down", y una rareza que A&M no quiso sacar en el LP porque según ellos no representaba un esfuerzo conjunto del grupo, la demo de la balada "Moonlight Eyes", luego rescatada en el "The Fool Circle" del '81...aunque, sinceramente, yo me quedo con la, menos "pop" y más clásica, primera versión.



Otro punto del que hay que hablar fue la increíble portada, "The Brain", de Frank Frazetta, dibujante metido en el mundo de la fantasía y la ciencia-ficción, del cual pudimos ver obras suyas en clásicos como "Flirtin' with Disaster", de Molly Hatchet y "Hard Attack" de DUST o el más cercano "War to End All Wars" de Yngwie Malmsteen. Nazareth tenían colgado en la pared del estudio aquel poster de esos dos guerreros a punto de cercenarse con sus espadas y pensaron que a los fans les gustaría para el disco. 500 $ fue lo que costó y ese dibujo quedó enganchado en la historia de la música desde entonces.




Y así los de Dunfermline facturaron un intransigente plástico que quedará como uno de sus más consistentes trabajos y uno de los más agresivos demostrando que eran una perfecta máquina de realizar "rock" bien engrasada y que podían pasar sin preocupaciones por encima de modas pasajeras como el "punk", que ya empezaba a pegar fuerte por aquellos años, quizá por eso endurecieron su sonido y nos regalaron 10 perlas inolvidables en forma de canciones de no más de 4 minutos para disfrutar sin muchas pretensiones de su buen hacer en el "hard rock".

Todas estas razones son las que me hacen colocar a "Expect no Mercy" entre mis 10...no, entre mis 5 álbumes favoritos del "rock", no sólo del de los '70, sino del "rock" en general.




Temas

1.Expect No Mercy

2.Gone Dead Train
3.Shot Me Down
4.Revenge Is Sweet
5.Gimme What's Mine
6.Kentucky Fried Blues
7.New York Broken Toy
8.Busted
9.Place In Your Heart
10.All The Kings Horses 
11. Kentucky Fried Blues (Alternative)
12. Gone Dead Train (Alternative)
13. Shot Me Down (Alternative)
14. Life of a Dog
15. Good Man Down
16. Moonlight Eyes (Alternative)


Formación
Dan McCafferty - Vocals
Many Charlton - Guitar
Pete Agnew - Bass
Darrell Sweet - Drums



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