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EL PROGRESIVO DEL SIGLO XXI -1: Cyan - Magenta

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 A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello.  Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...

PAATOS - Silence Of Another Kind (2006, Inside Out Music)

No es la primera vez que dos formaciones, un par de grupos de la misma escena, se juntan para dar vida a una banda y una propuesta completamente nueva. Paatos son uno de esos nombres que esconden una historia similar; aunque lo que les separa del resto es su estilo, un sonido que poco tiene que ver con lo que gestan el noventa por ciento de los proyectos actuales. Paatos se forman en agosto de 2000 gracias a Stefan Dimle, Huxflux Nettermalm, Johan Wallén y Reine Fiske. La eclosión llegó gracias a la propuesta de compartir tablas junto al vocalista Turid, artista que hasta el momento se prodigaba por el folk de ramalazos rock. De aquí sacan la idea de hacer de Paatos un conjunto músico vocal. Petronella Nettermalm entra en escena. La situación explota en una vertiginosa carrera por poner en marcha la máquina de experimentación. Al siguiente año presentan su primer sencillo, “Perception”, rematando su estrategia con un definitivo lanzamiento con instantánea a la puesta de largo obligada. Sale a la venta Timeloss (2002) para Stockholm Records (pronto ficharían con Inside Out), marca tras la cual Fiske desaparece de las filas dejando su puesto a Peter Nylander.


Y si el citado Timeloss los destapa como quinteto sumergido en la búsqueda de los refrescantes caminos progresivos, con Kallocain (2004) la evolución se dirige hacia paramos más relajados, cercanos al ambient o al drum and bass melancólico (si es que hasta el momento se había podido escuchar algo similar). Eso sí, sus desarrollos cercanos al rock progresivo, o hasta a agrupaciones como The Gathering, se mantienen sin problemas a través de unas atmósferas cada vez más densas, aunque con esa chispa de dulzura que aportan las tesituras de su vocalista, la destacada cantante Petronella Nettermalm. Cada una de sus imágenes sonoras posee la magia de inquietar en sus primeros segundos para luego, ya inmersos en sus repetidas melodías, crear un efecto hipnótico que nos hace flotar sin remedio a lo largo de toda la duración del álbum.


La experimentación desde el minimalismo continúa como algo recurrente en los planteamientos de Paatos. ¡Albricias! Ya era hora de que alguien demostrase al mundo eso de que menos es más. No hace falta empastar uno y mil sonidos, centenares de pistas apiladas para llegar a algo coherente y sin perder esas dosis de belleza que embelesan hasta a aquel que negaba de gustos tan escondidos. Curiosamente con este Silence Of Another Kind los cinco miembros del combo traen recuerdos de Kari, esa portentosa creadora vocal que de la nada saca espejismos de incomparable hermosura. Paatos mantienen firmes sus ideas a medio tiempo, esos desarrollos con ramalazos un tanto góticos, de romanticismo trágico y fin en busca de lo etéreo (“Still Standing”). Al mismo tiempo recomponen unos basamentos equivocados en cuanto a comercialidad se refiere. Ellos sí saben darles sentido desde unas coordenadas ciertamente distanciadas del punto en el que parece habitual lograr el gancho radiofónico. Una tonada como “Falling” da mil vueltas a cualquier invento mayor de Marlango. Nueve cortes son suficientes para narrar con credibilidad la valía y evolución del conjunto. El álbum es un listado de buenas maneras en eso que llaman sonidos por la creatividad. ¿Hay alguien que pueda negar la influencia de Angelo Badalamenti en una composición como “Is That All?”. Desde una mirada íntima describen con exactitud su arte espectacular.
por Sergio Guillén
sguillenbarrantes.wordpress.com








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