A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello. Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...
Obtener enlace
Facebook
X
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
LITTLE TRAGEDIES: “The Sun Of Spirit” & “Porcelaine Pavilion” (2000)
Obtener enlace
Facebook
X
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
Al igual que el “Titanic” este segundo y tercer trabajo pueden considerarse como discos en solitario de Gennady Ilyin con la ayuda de su amigo Igor Mikhel a las guitarras y la producción. Bien es cierto que las ediciones llevan la franquicia Little Tragedies y ambos fueron grabados en 1999 en Moscú. Estilísticamente parten de parecidas premisas: clasicismo, sinfonismo y algo de vanguardia sonora con mucho teclado. Si unimos el primer trabajo se trataría de una trilogía en realidad. Todos estos discos están creados por el dúo Ilyin-Mikhel.
“The Sun Of Spirit” sigue la estela de ese sinfonismo dramático y oscuro. A ratos parece la banda sonora de una película de terror gótico con esas notas de 12 tonos iniciales al modo Schöenberg que se desarrollan sobre una marcha satírica camino al cementerio y la voz de Gennady añadiendo drama narrativo: “El Loro” casi me recuerda a los The Enid tanto en lo musical que cuando meten voces hilarantes. “La Bruja” resulta más divertida pero igualmente siniestra y sarcástica con ese ambiente burlesque de musical fantasmagórico. La composición es compleja y elaborada con mucho aditamento académico y mucha escena descriptiva. Puede recordarte incluso una forma electrónica de ballet a lo Prokofiev y con sintes a lo Emerson-Wakeman. Caramelo apetitoso para amantes de grandilocuencias retorcidas y teclados de difícil ejecución técnica. La vena clásica rusa es clarísima y por lo tanto ya me tienen contento. Pieza extraordinaria.
“I Saw A Dream” con sus vientos, frio y tormentas tiene un trasfondo de lirismo sinfónico oscuro de pesares del alma y del hundimiento anímico. Un relato cantado en ruso con unos sintetizadores que se rasgan interiormente expresando dolor y desesperación. La calma y el miedo rubrican parte del sombrío ambiente y la desesperanza. Sigue el hilo temático con momentos de más movimiento sonoro con textos que parecen sacados de poesía rusa y veo que efectivamente las letras son del poeta ruso Nicolai Gumiliov (1886-1921) fusilado por los bolcheviques por contra-revolucionario y cuyo estilo se caracterizó por el fatalismo por lo cual la música de las pequeñas tragedias le va como anillo al dedo. “El lector de libros” rubrica el estilo “ruso” de texto-música en una triste ensoñación de hadas grises y cabalgadas sintetizadas. La riqueza armónica y compositiva es apabullante pero todavía lejana y algo artesanal en su producción y en comparación con los futuros discos que tendrán un grupo estable de alto calibre. Los momentos Nice- Trace- ELP cruzan todo el disco y a la voz, alejadísima del concepto de rock está en pura tradición popular rusa. Lo siento, pero tendrás que acostumbrarte. Es lo que hay. De lo contrario te perderías una música fantástica y por momentos absolutamente delicada.
La trilogía como dúo se cierra con “Porcelain Pavilion” del mismo año y aquí parece que el sino del destino, la desgracia y la muerte parecen diluirse hacia una música algo más amable, pero en línea con todo lo anterior. Las melodías son algo más luminosas y los teclados realmente emocionantes. Parece la banda sonora de cuentos clásicos, creo además que así debe oírse su música. Sinfonismo neoclásico al más puro estilo. Solos de moog fantásticos, pianos de ensueño. Órganos hammond en su pura esencia y sonido atemporal.
Esta música podría haberse compuesto en cualquier época. Solo cambian los medios y la instrumentación, pero es lo más alejado de modas que te puedas imaginar. Así da gusto. Toda disciplina clásica y académica está a tu servicio y por supuesto a la fantasía. Las piezas aquí son algo más cortas y orientadas a la canción sin excederse por eso y la instrumentación está como siempre muy elaborada y con un uso inteligente de la sonoridad y la precisión en la forma. Si te gustan grupos clasicistas como The Enid estos serán tu grupo.
Comentarios
Publicar un comentario