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EL PROGRESIVO DEL SIGLO XXI -1: Cyan - Magenta

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 A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello.  Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...

LE ORME - Storia o Legenda (1977)

Este fue el primer LP que escuché de Le Orme y lo encontré de importación al principio de los 80’s en una pequeña tienda cutre de Barcelona, carísima y con una atención al público seca, desagradable y digna de judíos peseteros (ya no existe). Le pedí un pequeño descuento si me llevaba alguno más. Su respuesta fue que no era su problema que si no me lo llevaba yo ya se lo llevaría otro. Buena forma de hacer clientes.  Es cierto y los más viejos compradores de vinilo - que teníamos mucho aguante y por lo general mucha educación - recordarán que la amabilidad de los vendedores de discos no era algo muy habitual, salvo contadas excepciones y concretamente si les caías en gracia y te las dejabas. Aun así, me lo llevé. La portada era bonita y prometía y la edición era la original.


 Yo le cogí un cariño especial a este disco, quizá porque fue la primera vez que escuché la fina voz de Tagliapietra o quizás porque en aquella época nos agarrábamos a un clavo ardiendo en cuanto en los créditos de los discos veías un teclista con moog o mellotrón y el uso de guitarras acústicas. Lo demás casi daba igual. A esos niveles habíamos llegado. Encontrar una flor en una escombrera era algo raro. Y discos que en los 70´s nos habrían parecido mediocres, cobraban un interés casi enfermizo. Un símil sería: en un mundo en el que ya no hay rioja de reserva, nos conformamos con vino de la casa y gaseosa. Esto le pasa un poco a “Storia o Legenda” que es una gaseosa agradable, fresquita e incluso a veces un inocente sidral o refresco adolescente. Un viejo amigo rockero barbudo y compañero de liquidaciones vinílicas en el rastro cuando nos comieron el tarro con el CD, poco mayor que yo y que regentaba un bar setentero llamado la Ley Seca, me llamaba “el sinfónico” ya no sé, si cariñosamente, o para descojonarse de mi sombra. “… A ti Alberto te gustarán Le Orme porque son muy “babosetes”. Un encanto. Un saludo Miguel. La verdad es que a veces lo babosete me encanta, son aspectos de la multiplicidad paranoica en la personalidad de quienes oímos música sin parar o somos coleccionistas de discos y también porque a veces tenemos nuestro lado “moñas” por qué negarlo. No todo es Magma, Zappa, King Crimson o Art Zoyd en la vida. También están América o Crosby Stills Nash o Sandy Denny o la Barclay o los Moody…y tantos y tantos otros que alegran las pocas partes dulces de la vida y nos relajan los oídos y el esfínter. Mariconadas sonoras que siempre se agradecen.


“Storia o Legenda” es un cielete. Tiene bastante azúcar es cierto, pero a mí me encanta. La música es limpia, noble sin dobleces, como un “petit suisse”. Cuatro canciones por cada lado del disco entre cuatro y cinco minutos de media. Repito son canciones bonitas, sin malicia, que entran como cuando te comes unas fresas con nata o una tarta de chocolate crujiente con trazos de naranja….”Il Musicista”… “Un Angelo”…. “Il Cuadro”..etc… eso sí, siempre en la línea de flotación con aguas tranquilas para que al barquito velero le dé siempre el sol y las aves canten jubilosas. Un disco precioso y poético de cualquier forma.
Alberto Torró








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