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EL PROGRESIVO DEL SIGLO XXI -1: Cyan - Magenta

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 A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello.  Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...

AYERS ROCK - Beyond (1976/ A&M - Mushroom)

 En los áridos territorios del norte de Australia se encuentra un enorme monolito rojo, al que en 1873 llamaron Ayers Rock. Pero era Uluru, para los nativos. Cruce de caminos del Tiempo del Sueño aborigen. Lugar mágico y misterioso como pocos. Perfecto nombre para una banda prog (o así) australiana. Que comenzó en los primeros 70 y se estrenó con un álbum en directo, "Big Red Rock" (1974), de straight rock blues sin concesiones.



Algo cambió en ésos dos años en blanco hasta "Beyond" (1976), que los hizo parecer otra banda. Chris Brown y James Doyle (guitarras, voz), Mark Kennedy (batería), Duncan McGuire (bajo) y Col Loughnan (saxo, clarinete, flauta, teclados y voz) componían éste álbum. Ayers Rock fueron probablemente la primera banda aussi en tocar ante grandes audiencias en USA. Por delante de Little River Band o AC/DC. Graban entonces "Beyond", en los Record Plant Studios de Hollywood, CA. Y con producción de John Stronach. Apostaron fuerte y se nota en el sonido.

"Moondah (Beyond)" (6'45) ofrece lo que se intuye desde el título. Contundente prog-jazz rock de referencias Mahavishnu Orchestra. Música instrumental con tendencias al misticismo de Santana-McLaughlin. Cuando les dio por hacer el primaveras con gurú estafador. Era el tiempo. Y quieras o no, la música se benefició de aquella corriente mística. Peores tiempos vendrían con la new agh!(e).  Un Fender Rhodes picarón, rítmica gimnasta, saxo adecuado a las exigencias del momento y guitarras que enfatizaban casi hard rock. Ayers Rock sonaban tremendos.

En "A Place to Go" (5'40) ya meten voz con deliciosa línea melódica funk-negroide. Pero la música parece la primera Companyia Eléctrica Dharma. Supongo que por influencias similares. Finísimos punteos y aterciopelada elegancia a lo Stanley Clarke. Como él,  gustan de usar mullido colchón de violines que hacen las veces (caras) de un teclado.

El Jeff Beck de "Blow by Blow" / "Wired" aparece en "Catcha ne mu" (4'28), dislocando mandíbulas  con fraseos en su línea  y sección de ritmo pirotécnica.  Rubrica un saxo engrasante y percusiones brasileiras de sambódromo guarrindongo. Frenetismo rítmico y gozada guitarrera a lo Ray Gómez,  Iceberg o Guadalquivir. Por poner ejemplos de "aborígenes" de aquí. 

Vuelta al vinilo para "Song for Darwin" (6'55) con experimentaloide intro kraut y, puestos en materia, dar un brusco viraje que arrasa con todo. Ahora es latin-rock santanero etapa "Amigos", nada mal recreado. Es gente que se toma en serio lo de componer. Acto seguido insertan flauta Herbie Mann que le da ambiente boite de peli made in Ozores. Mola mil. Acústicas en bello punteo Ritenour y temazo al canto. Música para la Mansión Playboy.

Rhodes + cello inicia "Angel in Disguise" (7'25) con bacanal de cuerdas que no la vuelve un producto kitsch. Arreglo muy similar a Jan Akkerman, (y de hecho podrían pasar por Focus), de perfecta conjunción entre técnica y sensibilidad. Cambio de timón y galopada funk rock de guitarra a lo Bolin (Tommy). Con un saxo respondón al modo Shorter (Wayne). Una calurosa conversación que llega a lo tórrido. Mientras un ejército de violines que no empalagan, aterciopelan ése sonido Hollywood de clase alta. Bellezón.

El final lo pone "Little Kings" (2'48), no muy lejos de Earth, Wind & Fire antes de soltar pelotazos a las gradas mainstream. Si esto no fue el single, no se enteran. Así pues, redonda rodaja que fotografía con precisión el sonido de finales 70, o al menos uno de ellos. 



Parece que el camarote de los Marx estaba ya suficientemente petao de bandas al uso, y Ayers Rock se quedaron fuera. Decepción y separación. Y una vuelta con distinta formación para "Hotspell" (1980), más en línea Steely Dan. Un último intento para un tren que ya había pasado. Lástima.

 Si se hubieran llamado "Uluru"....

J.J. IGLESIAS



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