El Blues Alley es el club de jazz mas antiguo de los Estados Unidos. Situado en en el barrio de Georgetown de Washington, DC. Abrió sus puertas en 1965. Con una capacidad de tan solo 125 personas, por su escenario han pasados los músicos mas renombrados del jazz. Hoy nos volveremos a sumergir en su denso ambiente de la mano de Pat Martino. Pat Martino ( Patrick Carmen Azzara) nace en 1944 en Filadelfia, Pensilvania. Comienza a estudiar guitarra de la mano del profesor y guitarrista Dennis Sandole, mentor de John John Coltrane. Con quince años deja la escuela para dedicarse profesionalmente a la música trasladándose a New York. En la gran manzana vive con Les Paul y actúa de forma asidua en el Smalls Paradise. En 1964 ficha con Prestige Records y publica su primera grabación "El Hombre" (1967). En 1976 comienza a sufrir los primeros dolores de cabeza que desembocarían en un grave aneurisma cerebral en 1980. La cirugía le hace perder casi todos los ...
El batería vocalista francés Serge Bringolf , una especie de Tony Williams galo, trabajó con Jaco Pastorius durante la década de los 80´s por lo que podría encuadrarse en la escudería de jazz rock de primera línea, sin embargo en lo que se refiere a su propio trabajo más parece una extensión de la música de Magma llevado al campo del jazz y la música contemporánea clásica con reminiscencias tanto del Zappa más riguroso, El Chick Corea más orquestal época Music Magic, así como de las delicias a lo Soft Machine época Elton Dean.
Para un amante de las big bands y los largos desarrollos instrumentales estos dos discos que os comento son dos elaborados platos de cocina francesa con jugosa condimentación. Dos verdaderas joyas poco conocidas para degustar una y cien veces con elaboradas composiciones variadas y entretenidas. El trabajo vocal se encuentra en esa fase típica de divertido cántico con el histrionismo habitual en el Zeuhl pero sin el ritualismo y grandiosidad de Vander y sus huestes kobaianas.
El primero “Strave” se grabó en 1980. Cualquier otra banda más convencional habría sacado ideas como para diez álbumes por la cantidad de composición aquí contenida. Este es un tema del que pocas veces he hablado. Los músicos de hoy día y más en concreto en las nuevas corrientes del progresivo moderno se fundamentan en una escasa composición y en una pobre temática melódica. Esto es muy común por ejemplo en las bandas indie como en la mayoría de etiquetas nuevas y ya no hablemos del dichoso metal. Mucho ruido y pocas nueces. Poca música y mucho relleno aburrido. Cuando un músico tiene la posibilidad de volcar una creación en un disco, debe plasmar todo lo que lleva dentro, porque es muy probable que en otro momento no surja lo mismo. Zappa hablaba de la “composición instantánea” aunque luego escribiese todo en una partitura. John Coltrane “componía” a veces mientras tocaba en el escenario y de ahí surgían momentos irrepetibles. Da igual si un músico lanza todo lo que lleva en el instante o lo escribe en un papel, pero eso de “racionar” ideas para futuros discos no va conmigo. Siempre hay que aprovechar los instantes de lucidez, escupirlos, plasmarlos, gritarlos o vomitarlos porque la intensidad en la música se pierde si intentamos congelarla en un archivo.
Serge Bringolf / batería, percusión, saxo, voz. Richard Muller / vibráfono. Francois Grillot / bajo. Jean Golanet / trompeta, corneta. Philippe Gisselmann / alto, barítono, tenor y saxo soprano. Pascal Beck / trombón. Michael Nick / violín. Mary Cherney / flauta. Jurgen Roth / flauta alto y Mano Kuhn / voz. Este es el equipo en los cuatro largos temas: “Fiestas Delire” I, II y III (16:30). “Fiestas extrañas” I y II (18:00). “Utopie” (18:00) y “Jodwernssen” (15:00). Deduzco por la duración de las piezas de que se trata de un doble vinilo en su edición original. Diez músicos sin freno y en plena ebullición de ideas. Te puedes pegar con cada composición un buen rato analizando cada paso y desde luego nada de jazz rock aburrido y previsible sino todo lo contrario.
Para “Vision” de 1981 la formación salvo el líder cambia casi por completo y la música también pero igual de buena e interesante. Quizás este disco sea más Magma que el anterior y también algo más sofisticado y con mayor uso de voces. Jazz futurista de altos vuelos, de composiciones complejas y elegantes formas.
Dos discazos tremendos y muy apropiados para entender el estilo desde su vertiente más amable.
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