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EL PROGRESIVO DEL SIGLO XXI -1: Cyan - Magenta

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 A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello.  Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...

ESPERANTO - Tiempos de vencer (2024/ Yai Yai)

 El fatídico 2020 dio al traste con mucho proyecto interesante. Entre los que estaba el de los excelentes Melange. Los madrileños replegaron filas cara a un nuevo asalto. Y tres de ellos, Daniel Fernández (bajo, voz), Sergio Ceballos (guitarra, voz) y Adrián Ceballos (batería, voz) vuelven como Esperanto. Junto a Javier Alonso (batería, voz), completan el cuarteto. Los 70 siguen estando en su hoja de ruta, de un modo u otro.



Así,  en la inicial "Di Dónde Estás" (5'21) cruzan caminos psico-progresivos de sorprendente frescura. Con una nerviosa base rítmica  y telaraña de seis cuerdas cerca de Achim Reichel o Manuel Gottsching,  que desarrolla efectiva, con deliciosos resultados lisérgicos. 

De tal modo que "Tiempos de Vencer" (5'50) recorre ése maravilloso sendero, ambiguo pero seguro. Que me recuerda a los mejores Man por su equilibrio psych & prog de sólida resolución  entre acidez guitarrera y rítmica apocalíptica. Mientras cantan a coro (una de sus señas identificativas), como una secta alienígena más allá de Tytan.

Y como si de un Deke Leonard se tratara, la intro de "Poison" (3'39) avisa de que la racha inspirativa está lejos de agotarse. Su curiosa perspectiva vocal posee melodías seductoras, poco visitadas, lo que los hace originales y particularmente únicos. 

La breve "Deseaba Verte Llegar" (1'30) podría estar en el "Mundo, Demonio, Carne" de Brincos, y no es la única. Hágase usted una idea aproximada. Si puede.

"Adelante" (5'16) incluye sitar de Daniel Fernández,  que junto a wah wah espiral crea el efecto hipnótico krautie cercano a unos Embryo. Finura eléctrica cosmic blues y poderosa corpulencia rock en formato instrumental. Gustan de ésta estrategia. Piensa también en Nektar.

Los casi siete minutos de "Sringara" (6'49) proceden a una exposición made in Brain/Bacillus/UA, en cruce Caravan/Camel que produce la magia. Un furtivo sintetizador de gruesa analogía,  obra de Javier Alonso, tiene gran parte de culpa. Bendito culpable. Aunque la implicación grupal es absoluta.

Esperanto son una piña fosilizada de sorprendente estilismo psych-prog. Muy personal y "hauntológica". O cómo crear nuevas sensaciones, lejos de la nostalgia, a partir de añejos sonidos eternamente venerados.

Ahí está "Targard" (2'14) con su aura psico-aflamencada, de precisión francotiradora.

O la final "Abrázame" (3'36), propiciando krautismo morriconiano de imposible western de autor.



Esperanto han firmado un documento de tremenda valía creativa. Expertos en los giros inesperados hechos con toda la naturalidad. Como si fuera eso fácil. Si son "Tiempos de Vencer", se han quedado solos en la arena.

Pulgar hacia arriba.

J.J. IGLESIAS



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Comentarios

  1. Celebro esta reseña de Esperanto al ser seguidor del grupo madre Mohama Saz y de su, ya hijo algo olvidado, Melange. Este disco del año pasado apenas ha sido mencionado, tampoco reivindicado, y creo que ha sido de lo más interesante de la cosecha del 2024. Están, efectivamente, más en la onda Melange que Mohama Saz, y ambas ondas se retroalimentan. Frente a la reivindicación folklórico-progresiva oriental y andina de los últimos, estos Esperanto se recrean más en esa conjunción experimental del progresivo (bien añadidos Man y Nektar) que dejó a medio camino unos Melange demasiado pronto desaparecidos.
    Saludos,

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