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PAT MARTINO QUARTET - Undeniable (LIVE AT BLUES ALLEY) (2011)

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  El Blues Alley es el club de jazz mas antiguo de los Estados Unidos. Situado en en el barrio de Georgetown de Washington, DC. Abrió sus puertas en 1965. Con una capacidad de tan solo 125 personas, por su escenario han pasados los músicos mas renombrados del jazz. Hoy nos volveremos a sumergir en su denso ambiente de la mano de Pat Martino. Pat Martino ( Patrick Carmen Azzara) nace en 1944 en Filadelfia, Pensilvania. Comienza a estudiar guitarra de la mano del profesor y guitarrista  Dennis Sandole, mentor de John  John Coltrane. Con quince años deja la escuela para dedicarse profesionalmente a la música trasladándose a New York. En la gran manzana vive con Les Paul y actúa de forma asidua en el  Smalls Paradise. En 1964 ficha con Prestige Records y publica su primera grabación "El Hombre" (1967). En 1976 comienza a sufrir los primeros dolores de cabeza que desembocarían en un grave aneurisma cerebral en 1980. La cirugía le hace perder casi todos los ...

KROKOFANT‎– Q (2019 / RUNE GRAMMOFON)

La fórmula a veces se agota o llega a un punto muerto. Así que, o se para, o se reinventa con el añadido de nuevos elementos......o se sigue hasta que cae por su propio peso. 


Eso es lo que han querido evitar los noruegos Krokofant.  Que tras tres álbumes anteriores, "Krokofant" (2014), "II" (2016) y "III" (2017), se replantearon nuevas estrategias. Su líder es Tom Hasslan (guitarrista y principal compositor). Axel Skalstad (batería) y Jørgen Mathisen (saxo) eran el núcleo de la banda hasta ahora. Con el añadido actual del teclista Stale Storløkken (Elephant9, Terje Rypdal, Motorsycho) y el bajista Ingebrigt Haker Flaten (The Thing, Scorch Trío). Esto les ha dado nueva vida, y hasta ellos hablan de "su mejor trabajo hasta la fecha" (ninguna novedad, todos lo hacen, pero en ésta ocasión igual es cierto!).

Sólo sé que es poner "Part 1" (13'30), y asistir a una exhibición progresiva de superlativa consideración,  con un batería en la onda de Morgan Agren,  en hiper-propulsión turbo-rítmica que quita el aliento y la gripe. Arrastrando al resto a un paroxismo be-bop-rog que igual trae figuras de John Coltrane, que de Terje Rypdal, Soft Machine, Isotope o la Mahavishnu. Fuera de serie instrumental espectacular, de organada torrencial y "heavy metal jazz" para asustar. ...a los heavys.  El elemento free en los minutos finales casi aseguraría que está estructurado, y su duelo entre saxo y batería es digno de una pelea bruta de Marvel. 


La más "breve" es "Part 2" (6'34), con métrica matemático-rítmica inestable (me río de los del math rock), y una bonita melodía entre Egg y VDGG. Lo primero por sus inteligentes líneas de órgano dignas de un Dave Stewart o el sesudo ritmo percusivo de Clive Brooks. Lo segundo por el saxo a la David Jackson (el cual es recordado en más de un momento del disco).

"Part 3" (12'08) dibuja un paisaje otoñal, de profunda nostalgia y reflexión por el tiempo pasado. Sus tonos grisáceos me llevan a agrupaciones jazz-kraut como Kraan, Exmagma o Dzyan. Pero también a los King Crimson de los 70, en igualdad de condiciones. El saxo de Mathisen está resplandeciente,  haciendo extraordinario equipo con el órgano / teclados de Storløkken. Puro VDGG del "Pawn Hearts", pero en orientación jazzistico-progresiva. La sección de ritmo merece atención aparte. De hecho, es tanto lo que pasa a cada segundo, que se necesitan unas cuantas atentas escuchas para dominar un poco a éste bicho. Su inventiva se aprecia ilimitada, dejando patente que la inclusión de los dos nuevos fichajes les ha dado fuel inspirativo para continuar con Krokofant con pie firme. De mitad del tema hasta el final, llegan a tesituras de unos Henry Cow,  con una acertada improvisación,  instrumentación descomunal y final resolutivo con la gloriosa melodía principal de emocionante épica. Posiblemente es mi parte favorita.....


Aunque "Part 4" (11'31) podría llevarse ése título también. Porque vuelven a invocar al Canterbury más experimental, original y necesario, con Egg y los Cow a la cabeza, más una sana dosis de Elton Dean. Con añeja añada Hammond, ritmos trigonométricos y saxo coltraniano en salvaje cabalgada que deshace al más exigente aficionado. Si gente como Krokofant están practicando y creando éste tipo de material, no puede estar el mundo tan mal, brothers. Uno de los serios aspirantes al trono del año, en mi opinión. 
J.J. IGLESIAS







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