A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello. Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...
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MOON SAFARI - Lover´s End (2010)
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Llegar tan alto en un segundo disco suponía un desafío difícil y éste es un dilema y una complicación añadida a todos los grandes grupos y a todos los buenos músicos.
Si echamos un vistazo a la historia del prog y sus héroes, generalmente las obras importantes y su mejor música se suelen encontrar en los primeros tramos de sus carreras salvo alguna excepción como es lógico. Las discografías más breves y las bandas más fugaces en el tiempo lo tienen más fácil naturalmente porque no sufren el desgaste y el agotamiento del tiempo. Insistir en la tercera edad caso del culebrón de Yes o un desgastado Jethro Tull tocando un millón de veces lo mismo y cada vez peor y con mayor desgana: cuando todos han pasado con creces de los 70 años y se resisten a desaparecer, es realmente patético. Lo bueno de sus inmensas discografías apenas ocupa ya un 20% de su producción y está muy lejos en el pasado, pero ahí siguen y siguen como el conejo de duracel. Cierto es que hay otros ejemplos encomiables como en el caso de IQ y alguno más. De momento no es el problema de la banda que nos ocupa, todavía son jóvenes, aunque también hay que decir que desde 2013 no han grabado nada en estudio. La fórmula por el momento les ha salido perfecta y cada álbum logra mantener el nivel pero no superarlo.
En este “final amoroso” se han preocupado muy mucho de que las cosas sigan al mismo nivel y cabe decir que incluso han mimado un mayor énfasis en el trabajo coral y quizás un acercamiento algo más “pop” y entiéndase el entrecomillado. Es decir, siguen siendo una banda de rock sinfónico, pero con muchos detalles más próximos al rock melódico (no AOR cuidado). Las composiciones no son tan ambiciosas como en el “Blomljud” y hay un mayor perfil al formato canción. Hay dos piezas no obstante con la suficiente carga de profundidad sinfónica como son “ A Kid Called Panic” con sus buenos 14 mtos y “Crossed The Rubicon” con cerca de 10. El chaval llamado pánico tiene unos primeros 4 mtos que lo acercan demasiado a un comercialismo beat cercano a la ELO con ligeros tintes a lo Flower Kings más alegres, aunque a mi juicio lo mejor de esta pieza es su desarrollo instrumental donde los teclados están gloriosos mientras el rasgueo acústico y la base de piano transcurren a placer para que el moog solo haga de las suyas. Muy bonito este pasaje realmente.
La otra pieza larga que cruza el Rubicón lo hace en similares características, pero la melodía vocal es mucho más hermosa y radiante, de las más bellas que tienen. El acompañamiento casi folky de las guitarras rubrican una pieza de ensueño. El resto del álbum se reparte en las partes 1 y 2 de “Lover´s End” donde la melodía me resulta completamente familiar, sin decir que ello sea una copia de algo que conozco desde luego. Me recuerda… pero ahora sinceramente no caigo el qué. El resto son bonitas canciones con más o menos atractivo. Otra “a capella” aparece en “Southern Belle” con su melancólico final. “Los mejores soñadores del mundo” es una canción de agitar pañuelito y sí, que francamente me resulta tan linda como algo empalagosa o como una canción de cuna. El sr Wakeman parece estar jugando un rato. “La chica veraniega en New York” suena a una festiva canción USA con inevitables perfumes de costa oeste añadidos con guitarras en esa onda y una coda de cabaret. “Heartland” nos devuelve al mellotrón y al moog al unísono en una casi pegadiza canción tan bien hecha como predecible hacia los terrenos del neo-prog británico, pero que tiene no obstante un efectivo desarrollo instrumental casi a la IQ. Un álbum entretenido y muy bien producido, aunque a mi juicio, no al mismo nivel que el anterior.
Alberto Torró
Temas
1. 00:00 - Lover's End Pt. 1
2. 06:42 - A Kid Called Panic
3. 20:39 - Southern Belle
4. 24:25 - The World's Best Dreamers
5. 30:12 - New York City Summergirl
6. 34:20 - Heartland
7. 40:06 - Crossed The Rubicon
8. 49:51 - Lover's End Pt. 2
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