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EL PROGRESIVO DEL SIGLO XXI -1: Cyan - Magenta

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 A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello.  Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...

CAN - Landed (1975)

Este vinilo vino en el mismo lote que me traje de Andorra en 1976 con “Tago Mago” y así como el Tago me impresionó, éste no me dijo absolutamente nada. Incluso me arrepentí de haberlo comprado. No entendía algo tan diferente en un mismo grupo en una diferencia de cuatro años entre ambos discos. 


En 1975, todas las bandas clásicas de rock, de rock progresivo o de jazz rock o de lo que queráis en términos musicales, ya habían sacado sus obras principales, maestras o legendarias, según el adjetivo que os guste más utilizar. Entre 1967 y 1975 se hizo “todo”. Toda la cosecha principal de la alegremente llamada “música moderna” en todas sus variantes y estilos se encuentra concentrada en esos 8 años irrepetibles. Pero este período histórico ha sido explotado (y degenerado) sin embargo, para llenar cinco décadas de música. Obviaremos por supuesto el jazz y la música clásica porque ese es otro mundo que afortunadamente va por libre, pero en lo que a “rock” se refiere en términos globales, en ese período se encuentra su templo de shaolin y su oráculo de Delfos. Decirle a la gente que toda la música realizada en los últimos 50 años parte de una simplificación, decadencia, imitación, simulacro y degradación de todo aquello, puede que os parezca radical por mi parte y como diría Bugs Bunny con su… ¿qué hay de nuevo amigo?...absolutamente nada afirmaría. La música hoy, por llamarla de alguna manera, va a la par que el cambio climático, la clase política, los medios digitales y la tecnología del Smartphone, incluida la educación reggaetonera de las escuelas que de aquí a nada todo ello va a convertir el planeta en inaguantable. Un mundo de humanidades en todo su esplendor.      

La portada de “Landed” hace daño a la vista pero tiene su coña. Si la tomas como broma puede decorar incluso la carroza de algún desfile del orgullo alegre o también puede ser el cartel con las fotos de los maestros de una corrida de toros en las fiestas de minglanillas del campo. También tiene su punto de afiche de película Almodovar y su toque cutre cachondo, que para ser alemanes son la hostia y se lo han currao.

La “música” contenida en “Landed” define bien el concepto de esquizofrenia de un grupo inteligente que busca provocar y descojonarse. Este disco es su certificado de defunción y la paradoja del asunto es que quienes han aborrecido el lado anárquico de sus anteriores LP´s van a apuntarse a partir de este disco bendiciendo y laureando sus siguientes trabajos como “Flow Motion” de 1976, “Saw Delight” del 77 y los que siguieron. Yo no voy a hablar de estos álbumes y dejaré a CAN en este último artículo. Por respeto a ellos y a los que les gusta la música imaginativa. CAN quisieron hacer aquí una especie de disco de “rock”. “Full Moon in the Highway” es un ruidoso hard de estructura un tanto convencional con un Karoli desmadrado y agresivo. Adiós a las baterías imaginativas y los bajos pulsantes. “Half pas one” tiene un toque a españolada marciana con guitarra al estilo. Entre lo hortera y la broma decadente a lo spanish-hollywood. Por decir algo. “Hunters and Collectors” podría ser la banda sonora del peor film de 007 en las calles de Hong Kong o una de karate de serie b. También por decir algo. “Vernal Equinox” con sus 8 mtos nos da algo de “vidilla” recordando al CAN que fue pero ahora super enrockerizado con un Karoli sin miramientos. La batería de Liebezeit ya no tiembla como antaño aunque las disonancias y anti-reglas se incluyen aquí. Irmin rasga el órgano sin miramientos y la lejía y el salfumán vuelven a salpicar el suelo que pisas. Etnicismos completan algunas fases del tema que por otra parte es infumable y escuece como una picadura de avispa.  


Das la vuelta al LP y aparece “Red Hot Indians” ni se calificarla. Imagino a Lou Reed borracho y a los CAN aburridos y abúlicos en plan…vaya mierda que estamos grabando. “Unfinished” acaba en forma pesadilla atmosférica sonora en 13 mtos que dicen adiós a lo que fueron, pero que ya no pueden ser, ni quieren. Pieza como perdida entre tumbas de niebla y fuegos fatuos completamente experimental que no pega nada con el resto del disco. A estas alturas yo creo que les daba ya igual todo. Con los años salieron cosas interesantes como las “Peel Sessions” que abarcan del 73 al 75 con excitantes jams e improvisaciones y el “Box Music Live” con piezas del 71 al 77. Ambos bastante recomendables.
Alberto Torró 






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