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EL PROGRESIVO DEL SIGLO XXI -1: Cyan - Magenta

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 A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello.  Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...

OPUS SYMBIOSIS - Fata Morgana (2020)

Este 2025 no promete nada bueno. Todas las distopías tanto imaginables como inimaginables es posible que se cumplan. Los mayores hemos llegado a un punto de indiferencia tanto por cansancio como por aburrimiento. Por ver como todo lo malo se repite una y otra vez cual perpetuum mobile. 



Como si de un chiste malo se tratase no aprendemos nada y lo peor es que no queremos aprender. Si Zappa volviese a este mundo y viese a Trump y a Elon Musk dirigiendo en cuatro días próximos el sistema global como si fuese el club de la comedia no daría crédito. Millonarios tecnológicos e influencers de redes sociales dirigiendo el mundo hacia la dictadura de la estupidez y la crueldad. Si vas a tener hijos piénsatelo seriamente y medita si ya merece la pena seguir reproduciéndonos.  El hada Morgana y sus visiones engañosas y espejismos han conseguido hacer de este mundo la mentira más burda y el mayor horror que podamos imaginar. Incluso refugiarse hoy en la música es casi un acto de misericordia. Un acto de fe. Una alternativa médica. Pero bueno ya es tarde para casi todo y sobre todo para el sentido común. Antaño existía la vergüenza y el comedimiento de la educación. Un cierto interés por la cultura y el conocimiento. Las humanidades hoy pasaron a la historia y solo un pequeño reducto de la ciencia se ocupa de que seamos algo menos tontos. Afortunadamente nos queda el humor, el sarcasmo y la burla y los más afortunados no creer en absolutamente nada que es lo que procede si nos queda alguna neurona simpática y pizpireta. No tomarse nada en serio es lo único que procede.

Seguir escuchando música en el patético siglo XXI no es solamente un acto de sensibilidad, de inteligencia interés y amor por la cultura, yo diría más bien que ya se trata de un tratamiento médico, psiquiátrico más bien. Una forma engañosa, pero a veces efectiva de controlar las enfermedades mentales. Ojo. Cierto es también que algunas músicas las potencian y sin duda están creadas y pensadas para ello. Por eso es tan importante escuchar música, pero solo a partir de cierto nivel y calidad. Un acto que nos honra pero que generalmente se paga con la soledad.

Descubrí a Opus Symbiosis mirando por la red como hacemos todos en el tiempo presente y me sorprendió comprobar que utilizando ciertos ingredientes de modernidad bien empleados se puede hacer música que nos alegre el día, nos mantenga contentos y no tengamos que recurrir a antinflamatorios ni analgésicos para soportar la escucha. Cuando llevas tantos años castigando los oídos como llevo yo, comprenderás lo que quiero decir. El sadomasoquismo auditivo lo dejo para los héroes triunfadores ávidos de tendencias novedosas y etiquetas de terminologías cool. Que me gustan las chicas cantando más que los gruñidos masculinos no es nuevo. Siempre fue así. Hombre salvaré siempre a Peter Hammill, Greg lake, Peter Gabriel y Jon Anderson entre otros. Es indudable. Sin embargo hay ciertos tipos de rock sinfónico que las mujeres hacen mucho mejor. Christine Sten la cantante de esta banda finlandesa tiene una voz modernilla, podría cantar pop sin duda, pero encaja bien entre las estructuras instrumentales de elevado pulso que estos músicos desarrollan. Veo en los créditos que están los señores Tony Levin y Pat Masteloto dando fuerza y empaque al sonido de la banda y se nota. La calidad de sonido de Opus Symbiosis está por encima de la media. La calidad de la música es alta con un buen equilibrio entre melodía y sugerentes partes instrumentales, a veces eufóricas y entusiastas. 

No son canciones para acompañar al finado al cementerio ni paseos lúgubres de oda suicida como pasa en muchas bandas prog modernas. Todo lo contrario.

Fata Morgana es el tercer trabajo y tienen otros tres EP´s para acompañar su discografía. Recomiendo esta banda vigorosa que no ruidosa para quienes busquen cierta alegría matinal y huyan de morbosidades progresivas, demonios con cuernos, pedos fatuos y descomposiciones prog-cadavéricas.

Alberto Torró 

 


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