El Blues Alley es el club de jazz mas antiguo de los Estados Unidos. Situado en en el barrio de Georgetown de Washington, DC. Abrió sus puertas en 1965. Con una capacidad de tan solo 125 personas, por su escenario han pasados los músicos mas renombrados del jazz. Hoy nos volveremos a sumergir en su denso ambiente de la mano de Pat Martino. Pat Martino ( Patrick Carmen Azzara) nace en 1944 en Filadelfia, Pensilvania. Comienza a estudiar guitarra de la mano del profesor y guitarrista Dennis Sandole, mentor de John John Coltrane. Con quince años deja la escuela para dedicarse profesionalmente a la música trasladándose a New York. En la gran manzana vive con Les Paul y actúa de forma asidua en el Smalls Paradise. En 1964 ficha con Prestige Records y publica su primera grabación "El Hombre" (1967). En 1976 comienza a sufrir los primeros dolores de cabeza que desembocarían en un grave aneurisma cerebral en 1980. La cirugía le hace perder casi todos los ...
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THE PSYCHEDELIC ENSEMBLE - Mother's Rhymes (2019)
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Con estas rimas maternales termina por el momento el trabajo de este desconocido músico. Generalmente no se entiende muy bien el mantenerse en el anonimato cuando uno hace música.
No os quepa duda de que cuando no tienes que ganarte el pan con lo que te gusta lo vas hacer mucho mejor. Aunque en realidad si lo piensas racionalmente, pongas o no tu nombre va a dar lo mismo, porque la mayoría de las veces ni dios te va a hacer caso. Da la sensación que este individuo lo hace por divertirse, lo cual está muy bien. Se la trae floja y le es indiferente. No os podéis imaginar lo bien que se hacen las cosas cuando las haces por capricho, sin injerencias y sin necesidad de complacer a nadie. Esto lo amplio a todas las actividades artísticas. Se deberían hacer para uno mismo. Con los años entiendo de que no hay ninguna necesidad de aprobación, de presumir o de que te besen el culo. La libertad empieza cuando todo te es indiferente porque de lo contrario, todo pseudo-egocéntrico de pose que en el fondo busque el aplauso de los demás, más tarde o temprano se dará una hostia.
Importamos una mierda y esto cuanto antes se tenga claro en la vida nos evitará mucho sufrimiento absurdo e innecesario. Siempre que escribo sobre música y sobre todo con los años lo hago siempre pensando en el individuo. La multitud con los años no te lleva a nada bueno, pues las batallas idealistas de la juventud ya las perdimos hace tiempo. Quizás en lo individual podamos ganar las últimas que quedan entendiendo la soledad como lo último que siempre gana.
En los seis discos que he comentado en las pasadas semanas se cumple una función: la pura evasión. Todos diferentes dentro de un mismo estilo y hechos exclusivamente para entretener. Todos ausentes de modas o artificios y solo para gente que le guste disfrutar solamente de música atemporal. Ya es mucho. Casi todo arte que se precie debe ser atemporal. Desde la bonita portada a la temática sonora de este último trabajo está hecha exclusivamente para el placer. Es un paseo por varias décadas de música progresiva con generalidades que todos los amantes del género conocemos bien y se han ido sucediendo en todos sus lanzamientos anteriores, dando énfasis en los años 70 principalmente. Quizás los más puristas encuentren pegas por la dispersión de influencias: Jethro Tull, ELP, UK, Gentle Giant, Yes, Genesis, Gong, Hillage, Pink Floyd, Kansas, Camel, Crimson, bandas de fusión jazz-rock, folk, psicodelia, clásica y la lista podría alargarse hasta el infinito y más allá. El puchero de una bruja con todos los ingredientes mezclados pero el caso es que funciona de forma fluida y sin necesidad de puzles o montajes liosos o saturados. De lo potente a lo calmado. Lo eléctrico y lo acústico en sus diferentes pasajes está perfectamente ensamblado. No es fácil conseguirlo desde luego, pero el tipo hace lo que quiere, le gusta y lo que le da la gana. Como debe ser.
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