A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello. Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...
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IGNATIUS - Lights from the Deep (2011 / MUSEA) (Rockliquias Bandas)
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El haber vivido unas cuántas vidas en una, (no siempre todas buenas, pero ahí sigo!), da para contar unas cuántas batallitas. Por eso cuando me encontraba recopilando información sobre Ignatius, banda barcelonesa progresiva, la sorpresa surgió. Resulta que sus dos componentes, Toni Castarlenas (guitarras) y Ricardo Boya (bajo, voz y teclados), habían sido en los 80 miembros de la banda hardcore-thrash-metal-majareta, Últimos de Cuba. Cuadrilla de divertidos indocumentados que tuve oportunidad de ver en directo, en aquel festival itinerante llamado "El Heavy no es Violencia", que organizara el desaparecido, legendario y buen amigo personal, Pedro Bruque (Tigres, Bruque). Recuerdo de aquella actuación un kilombo-maelstrom sonico no apto para cardíacos, ni para todos públicos.......Su cantante acabó el concierto en pelota picada, con la chorra al viento y el consiguiente disfrute de algunas (y algunos).
Décadas después, y con la ayuda de Dani Levy (batería), Ignatius nos ofrece en su debut del 2011 una cosa bien distinta. Progresivo espectacular, de compacta pegada y sonoridad generosa. Grabado exageradamente bien en dos estudios distintos por Antonio Prio y Santi Cerni. Esto es "carne con patatas" prog, para los que gusten de platos exquisitos, pero contundentes.
Compruebenlo en "Bleeding Souls" (8'03), donde la influencia de los UK del "Danger Money" se hace evidente. Baterías Hard y vertiginosos solos de sinte dignos de un Eddie Jobson o Jordan Rudess, que no escatiman en tensión emocional. El interludio instrumental entre guitarra y órgano te hace recordar hasta a unos primeros Rainbow. Que, no te quepa la menor duda, hoy tacharian de progresivos. La voz (y buen inglés) de Boya puede acercarnos también a Wetton, por su inteligente moldeo de las palabras.
Esto se hace palpable al comienzo de "Emptiness" (6'47). Imaginativos arreglos tensan la composición y la dotan de un dramatismo sinfónico espectacular. Este grupo hubiera colmado las expectativas del sello Magna Carta en los 90. Magellan o Shadow Gallery tendrían aquí a unos buenos compañeros de camarote. El estilo de Ignatius no anda alejado de aquellos primeros y sensacionales Magellan, que por cierto, también eran un dúo (ambos hermanos ya fallecidos).
Un bajo demoledor abre "Resurrection" (8'42), un instrumental que igual te lleva por senderos Crimson, que por otros más recientes tipo Planet X, The Underground Railroad o los mismos Dream Theater (sin llegar nunca al metal).
"A Lights from the Deep" (12'41) pasea elegantemente por la pasarela floydiana de unos contemporáneos Eloy. Con soltura y la seguridad que da el tener este material compuesto desde mucho antes de su edición. Esto está trabajado con mucho mimo y cuidado.
Y se nota, vaya que sí. El caos y maremagnum social que representa su ciudad, es reflejado en "bcn" (9'31) fielmente. Una relación amor/odio que es transmitida con contundencia progresiva, pero sin pasar nunca esos límites. Ésta es una de las grandes virtudes de Ignatius. No necesita del manido metal para expresar una potencia arrasadora. De nuevo UK surge en los planteamientos instrumentales, al igual que combos japoneses de similar influencia.
Por último "Morning Moon" (11'01) cierra éste trabajo con otra lograda pieza instrumental no exenta de pasajes líricos krauties, alternados con fluidas cabalgadas latimerescas, teclados burbujeantes, y compactos ritmos de desbordante exuberancia sinfónica.
"Lights from the Deep" es un álbum espléndido, en el que su único "pecado" es no ir a la última en tendencias post, indie, alt, djem, math y demás irrelevantes tontadas snob, tan duraderas como una tormenta de verano.
Parece que obras tan sólidas y creativas como éstas, (véase el caso de sus paisanos Herba D'Hameli), tengan que ser acalladas por cuatro ignorantes cuatreros advenedizos con poder de información manipulada, ( lo de siempre, vamos).
Ignatius se merece el mayor de los elogios, y personalmente creo que DEBEN de seguir dando guerra. Porque el tiempo se encarga de hacer la criba definitiva.
Diez años tarde llego yo, como dices, el tiempo lo pone en su sitio y esto sigue siendo un discazo! Gran reseña también.
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