A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello. Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...
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EYE - Discography
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Hay pocas bandas que combinen de manera magistral y por igual el hard rock setentero, la psicodelia, el space rock, la electrónica y rock progresivo, como lo hacen estos cuatro excelentes músicos naturales de Ohio.
Las bandas norteamericanas demuestran una vez más su buen hacer y su calidad técnica y en este caso no se trata de unos más apuntados al psych rock actual y vintage dentro de la moda stoner o retro hard. Estos tíos parecen una vez más salidos de la cosecha más genuina de aquella época dominada por la instrumentación analógica.
El arsenal del teclista Adam Smith y actualmente Lisa Bella Donna después del cambio de sexo, es todo un museo de Mellotron, ARP Odissey, Organ, String Ensemble, Fender Rhodes, Moogs y Sequencers además de tocar las guitarras como un maestro. Los amantes de los sonidos poderosos y altos en nicotina están de suerte porque estos tíos/tía dan leña en un apabullante despliegue instrumental de alto calibre. Los actuales miembros completan la formación como John Finley a las guitarras eléctricas y acústicas, Michael Sliclen al bajo, doble bajo y percusión y un batería potente y eficaz como Brandon Smith. Cantan casi todos y se acompañan por dos vocalistas más.
Su música no te dejará indiferente: desde Hawkwind a Black Sabbath, pasando por Nektar, Pink Floyd, Eloy o Gong era Tim Blake a ramalazos de rock prog sinfónico de nombres de todos conocidos. Una riqueza de medios bien empleada en tres trabajos de estudio sin desperdicio más un live del 2014.
Center Of The Sun: el primer trabajo grabado en 2011 es un denso viaje a la Hawkwind con retazos Floyd era A Saucerfull Of Secrets-Meddle vistos de manera particular. Tanto las voces como algunas ruedas de acordes recuerdan a los alemanes Eloy época Ocean y parte del Kraut germano está constantemente presente y se nota que lo han mamado bien a conciencia.
El acento es a veces bastante pesado y metalizado pero muy bueno y le da el carácter apropiado que necesita este tipo de música. Su atmósfera se adentra en lo gótico y agobiante por momentos pero es que el camino lo pide.
Abrasa al oyente…pero al oyente experto. Las guitarras, mellotrón, teclados es puro ácido corrosivo y nos retrotrae a imágenes de aquelarre y delirio.
Second Sight: La siguiente página data de 2013 y es un trabajo bastante más extraño a la vez que atrayente. Está elaborado en densas capas de mellotrón que nos acercan a sinfonismos conocidos como unos Crimson despojados de su aurea intelectual y hasta los Moddy más atrevidos tendrían cabida.
Su música es una narrativa muy descriptiva casi fílmica y naturalmente la sombra del kraut alemán sigue presente, acechando en escenas amenazadoras. También tienen sus momentos apacibles de rasgueo acústico con guitarras a lo Floyd y un trabajo vocal que equilibra y mucho a otros pasajes super potentes…Gilmour…(el joven imaginativo, no el de hoy y ahora) y otra vez Eloy…finas partes melódicas dan riqueza a un cuadro puramente setentero.
Mucho hard prog en su mejor momento y sinte a raudales porque los 21 minutos de “Lost are the years” certifican lo dicho. Y nada de cocina de vanguardia ni deconstrucción de patata light a lo Ferrán Adriá. Puro sonido vintage de cuero envejecido, hebilla oxidada , polvo de buhardilla, libro humedecido con mordisco de ratón y humo de galería bohemia. Con dos cojones.
Vision and ageless light: Su tercer trabajo de 2016 concentra aún mayor interés que los anteriores. Los teclados se lanzan sin misericordia y las afiladas guitarras muestras toda su energía. Pero por momentos nos vamos al jazz-rock y a lo intrincado. Prog sin paliativos.
Música compleja sumamente bien hecha que por momentos casi me hace recordar a los primigenios Utopia y al Ikon de Todd Rundgren. Son tipos de alto calibre instrumental y lo demuestran y a la marcha que llevan pueden sorprendernos en sus siguientes trabajos.
Actualmente marcan la diferencia entre una buena banda y otra del montón. Los 27 minutos finales de la pieza de cierre es para quitarse el sombrero. Muy buenos, sí señor.
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