Entrada destacada

EL PROGRESIVO DEL SIGLO XXI -1: Cyan - Magenta

Imagen
 A día de hoy al igual que otras muchas cosas, está tan desvirtuado todo que creo conveniente aportar algo de luz, para que los tipos de estilos progresivos y sus alegres etiquetas caprichosas no se mezclen entre el exceso de propuestas que aparecen y que además la gente más joven no se pierda constantemente en un mar de confusión. Dando por hecho que por un milagro de la sensibilidad y la sensatez opte por escuchar una música que tenga unas directrices muy concretas. Todo ello con el fin de que se aclare algo y diferencie lo que es una banda de “rock” y lo que es una banda “prog”. Las líneas están hoy tan desdibujadas y con tanta especia artificial para disimular el sabor que la confusión es fácil tenerla si te estás iniciando en ello y desde luego la información y las múltiples etiquetas que ponen a cada producto no ayuda a ello.  Naturalmente no todo lo que entra por los oídos tiene el mismo efecto en la gente que escucha música. En los años sesenta-setenta y aunque esto pu...

Ensayos sobre un sonido (EM): Clearlight ‎– Symphony 1.975 (colaboración J.J. Iglesias)

La rica escena sintetista francesa vio florecer en los 70 a uno de sus grandes exponentes,  Cyrille Verdeaux. Pero lo hizo desde Londres, y bajo los auspicios del sello de vanguardia de moda, Virgin. El viejo zorro de Richard Branson, jefe de la compañía,  quiso repetir la jugada que le había  salido redonda dos años antes con "Tubular Bells". Una jugada improbable y arriesgada, cuando se trata de música progresiva de vanguardia. Pero así  es Branson.


Clearlight sería  el alter-ego de Verdeaux.  Y una sinfonía cósmica  instrumental compuesta de dos partes de 20 minutos sería el cuerpo de trabajo. Para la primera cara, contó  con Tim Blake al VCS3 y percusiones. Steve Hillage en las guitarras. Y Didier Malherbe al saxo tenor. Es decir, prácticamente  a Gong sin Daevid Allen. Por su parte Cyrille Verdeaux destacaba brillantemente al grand piano. Orientando la obra hacia territorios de clásica  contemporánea.  Ademas de agregar órgano,  mellotron y sintetizador de bajos. 

La parte primera, o cara A, es un sueño pesadillesco en aquelarre frenético.  Música  goyesca donde las guitarras de Hillage planean en escobas a la luz de una hoguera. De llameantes órganos, sintes de LSD, mellotron en espiral y alaridos esquizofrénicos de un saxo en trance. El piano se muestra más  cuerdo, y guía  a tal maremagnum sonico con la certeza de la llegada a buen puerto. Un viaje lleno de vicisitudes, pero con final feliz. Muy Julio Verne. 
El resultado está  en algún  lugar indefinido entre Pink Floyd, Soft Machine, Gong, Philliph Glass y Steve Reich.
Tim Blake y David Vorhaus (el alquimista de White Noise) están  tras los controles en la consola de sonido.

La "Symphony Part 2"  cambia de equipo. Aquí  acompañan a Verdeaux Christian Boule (luego músico  de Hillage) en las guitarras. Gilbert Artman en batería,  vibráfono y percusiones varias. Y Martín Isaacs al bajo. Si bien no lo pone en los créditos,  imagino que también  repite Didier Malherbe, pues el saxo continúa  en esta cara.


Aquí el progresivo electrónico, space psychedelia y teutonismos influyentes ganan la partida al minimalismo y contemporánea. Es una suite más reposada, de agradable escucha. Con pasajes líricos sintetizados de parecido a Schulze o, más acertadamente, a Peter-Michael Hamel por el predominio pianístico, en conjunción  con poético  mellotron y bellos solos de guitarra eléctrica. 
Paradójicamente,  la "suite francesa", es mi favorita frente al "dream-team" de la cara A.

Indagando más  en la historia de este disco, ,me enteró de que inicialmente la cara B iba a ser la A, y viceversa. Pero visto el incremento de éxito  que  por entonces disfrutaba Gong, decidieron hacerlo a la inversa. Sin embargo, y así  sí  que cuadra, se puede entender el frenetismo de esta "primera parte" como el clímax y conclusión  final de la sinfonía.  Embrollos y ñapas de Virgin aparte, éste  es un discazo que se puede disfrutar por cualquier lado. Eso sí, a Richard Branson no le salió  esta vez la jugada. Aunque sí  que  editó  un disco de triunfal creatividad electrónica. 

P.D.-"Suena increíble, pero incluso un grupo de música electrónica como nosotros era perseguido a menudo por admiradoras". WOLFGANG FLUR (KRAFTWERK)





Temas
01 First Movement

02 Second Movement







Notasi te gusta el artículo compártelo (Facebook, Twitter, g+, etc) pulsando en

que está al final del artículo, de esta forma contribuirás a la continuidad del blog. Gracias

Comentarios