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Bateristas en la sombra XVIII: Juan Ángel Sanchez

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 Warlock podrían ser considerados como el primer grupo español de Hard Rock con estética e influencia satánica y ocultista.  Su germen, Necrophagus, oscuro grupo surgió en Madrid en 1974 con Victor al frente quien estaba altamente influenciado por bandas como Black Sabbath, Lucifer’s Friend o Hawkwind y con un sonido que hoy sería considerado como Proto Doom. Durante su corta existencia que abarcó desde 1977 a 1979, Warlock fueron teloneros de la Ian Gillan Band en el Teatro Monumental de Madrid en 1979. También participaron en numerosos festivales y compartieron escenario con grupos y artistas de la época como Burning, Cai, Teddy Bautista & Canarios, Azahar, John Martyn, Eduardo Bort, etc. No obstante la historia de Warlock y el rescate de sus ensayos mediante el sello Guerssen forma parte de las reseñas discográficas de esta misma página Web.  El singular baterista Juan Ángel Sánchez se identificaba con el culto al satanismo en un nivel digno de ser consultado, pero su dislocada

Änglagård ‎– Epilog (1994)

Animados por las unánimes críticas positivas de su debut y con el importante bagaje de convertirse en una banda de culto casi inmediatamente, me imagino que los integrantes de esta banda sueca se vinieron arriba orgullosos de su trabajo y no es para menos.

 No obstante ser un músico prodigioso y con la bendición que solo da la naturaleza a unos pocos, es la situación más desagradecida que pueda imaginarse. Todo arte es desagradecido y solo el que es consciente de que lo tiene de verdad es el que peor lo pasa. Al mundo le es indiferente lo maravilloso que pueda ser uno en alguna materia específica. Intentar forzar que la sociedad aprecie lo que haces, es una vana ilusión, salvo que lo que hagas sea una fuente de dinero para terceros y se convierta en un negocio seguro. Cuando un cuadro vale millones de la moneda que sea o un disco es un superventas o un libro se convierte en best seller, automáticamente todo deviene en una mierda y en una falsedad. En los siglos precedentes un artista sobresaliente era valorado de forma más honrada y franca, porque se apreciaba el arte y la creación. Había una sensibilidad artística que a día de hoy el mundo de la hipertecnología y carente de todo humanismo ha borrado de la faz de la tierra, probablemente para siempre. En su momento la humanidad creo la palabra “genio” para englosar todavía más la estupidez humana y elevar a los altares a idiotas consumados. Un orfebre en lo que sea en la vida no necesita la definición de “genio” y seguramente no quiere saber nada del mundo. Nadie es un genio, tan solo hace cosas que otros no saben y por eso es un privilegiado pero nada más. El hacer la mejor música que pueda hacerse es inversamente proporcional hacia su aceptación. Cuanta peor música se haga más posibilidades de negocio y fama. Dicho de otra forma a mayor exquisitez mayor rechazo. Ese es el mundo en que vivimos hoy y os diré más: si la buena música fuese mayoritaria llegaría a odiarla. El verdadero valor de las cosas es su pequeñez, su exclusividad. No sé si hace falta llegar a cierta edad para comprender esto, pero lo bueno de la vida es incompatible con la sociedad que vivimos.


“Epilog” nos muestra una portada inquietante, un espíritu gris extraviado en un bosque yermo, frío y solitario. Es un disco incluso más hierático que el anterior y la influencia clásica casi de música de cámara puede apreciarse al lado de una mayor incidencia del progresivo puro y como no, el mellotron y el sempiterno órgano hammond. No es música para recién llegados a este tipo de música pero para quienes estén familiarizados con la música escandinava del siglo XX y con las ásperas estructuras del prog sinfónico más ortodoxo y complejo van a disfrutar de unas composiciones complejísimas de una ejecución impecable. Este un álbum instrumental y solo a través de un conocimiento algo amplio de la música clásica se puede disfrutar al completo de un “rock sinfónico” serio y original. De otra forma la audición va a resultar dura y siempre he dicho que este es un paso previo casi obligatorio y la pieza “Hostejd” de 15 mtos es buena prueba de ello. 


En realidad no es música rock, es música neoclásica hecha con instrumentos rock que no es lo mismo. King Crimson siempre hicieron música contemporánea elitista en esta misma forma y si exceptuamos sus excesos “tecno” comerciales de los 80´s su propuesta siempre ha sido vanguardista. Anglagard realizaron progresivo de vanguardia donde las etiquetas habituales son inútiles. No se puede aplicar aquí una mentalidad “pop” como la que tienen una buena parte del sinfónico progresivo ya sean Genesis, Yes, Pink Floyd y sobre todo Barclay o Moody Blues. Esto es otra historia y no conviene mezclarla. Aquí no vas a encontrar melodías que cantar y sí mucha música pura y excitante que conviene oír con mucha atención. 
Alberto Torró




Temas
1. Prolog 0:00
2. Höstsejd (Rites of Fall) 2:00
3. Rösten (The Voice) 17:33
4. Skogsranden (Eaves of the Forest) 17:47
5. Sista Somrar (The Last Summer) 28:36
6. Saknadens Fullhet (The Fullness of Longing) 41:47

Bonus 

7. Rösten 43:48 *






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Comentarios

  1. Por tus acertadas criticas (además de exquisitas reseñas) es por lo que te sigo, quizá no tengamos la misma edad, pero me identifico plenamente contigo. Te he comentado en ocasiones anteriores que una plática entre tu y yo sería increíble tanto tiempo y espacio nos separan y sin embargo siento que tenemos tanto en común. Aquí en México hay música horrenda que recibe el nombre genérico de ¨música de oficina¨, al ser yo un oficinista (que se le va a hacer, de algo hay que vivir :-{D) te imaginaras como la paso día a día y al salir de la oficina y usar el transporte público hay que soportar también la música popular (aún más espantosa que la de oficina) que tanto gusta a los choferes. Gracias por hacer un poco más amena mi existencia.

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  2. Gracias como siempre Lord. Yo acabo de jubilarme y me he librado de horarios. Viví toda aquella época de los 70´s y aunque se editaron cosas teníamos que pasarnos a Andorra en los Pirineos frontera con Francia para conseguir vinilos importados. ¡Que tiempos!. Hoy con la red está todo y casi no hay que moverse de casa. Aquí como en todos sitios nos ha invadido la música bailonga del reggetón y el hip hop o como se llame, pero al menos a vosotros no os martirizan con la rumba flamenca y los mestizajes hispanos sonoros modernos de aquí que aún es peor...jajaja...un abrazo amigo.

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