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CHRISTOPHE POISSON - Music Sky (1985-1997/ Gazul)

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 Nada se sabe del francés Christophe Poisson y nada se hubiera sabido, si no se hubiera rescatado a título póstumo éste "Music Sky" que grabó en 1985. En 1986 Poisson muere brutalmente a los 33 años. Dejando éste legado para la posteridad, que Gazul desempolvó con todo acierto. Le acompañaban Alain Gaubert (guitarra), Philippe  Gisselmann (saxo soprano), Gil Garenne (synths, computadora, drum machine) y Christophe Poisson en composición,  arreglos y ejecución (imagino que de teclados). El inicio de "Messe K" (12'07) induce tenebrismos experimentales muy cinemáticos. Con marcada influencia contemporánea que puede ir de Stockhausen a sus paisanos Heldon. Conseguidas percusiones, guitarra en vuelo rasante y fondos de oscuridad no apta para flojos de mente. Es una sensación grupal equivalente a Embryo, Popol Vuh, Kluster, Peter Frohmader, Dissidenten o Brave New World. Teclados y guitarra tejen una telaraña krautie de sorprendente calado emocional. Muy sugerente. &q

THE JOE CHEMAY BAND - The Riper The Finer (1981 / UNICORN)

Había dejado un poco abandonada por estos lares una música que siempre ha acompañado mis gustos personales, el AOR y West Coast. Tal vez porque puedo comentar sobre ello en un sitio más apropiado como es AOR Haven, página que aprovecho para recomendar encarecidamente, si te van estas "deliciosas mariconadas", (y que no se me ofenda nadie, please).


Sinceramente, sigo la actualidad del género sólo de reojo, porque en el 90% de los casos suelen ser ejercicios mímeticos corporativos , (a pesar de su naturaleza actual independiente). En pocos casos llegan a la maestría compositiva de sus tiempos de gloria. Aún así,  nombres recientes como Lionville, Work of Art, Houston, H.E.A.T. o Vega se merecen más de una escucha. Y el género pisa fuerte, a pesar de modas y elementos externos que deforman en ocasiones el verdadero espíritu que lo generó.  Personalmente me regodeo viajando por la máquina del tiempo que suponen discos de mi época favorita, de hecho sus inicios, en la segunda mitad de los 70. Cuando todavía el hard rock no había "polucionado" mucho el estilo, (conste que no me disgusta en absoluto). Y sus raíces provenían de los posos hippies californianos : Beach Boys,  Crosby, Stills & Nash, America,  Bread, James Taylor o Firefall, por poner sólo unos ejemplos de pilares donde se sostuvo el llamado Soft Rock, West Coast o coloquialmente, Cali-Rock.


Recientemente tuve la fortuna de descubrir éste disco de 1981, ( esto es un no parar), editado en una filial de MCA, Unicorn. 
Joe Chemay es un bajista de sesión de la élite mercenaria de la Costa Oeste. Sus trabajos se cuentan por centenas, y entre los grandes nombres a los que ha puesto sus cuatro cuerdas estarían Christopher Cross, Elton John, Beach Boys, Kenny Rogers, Lionel Richie o Eric Carmen. Aunque quizá el disco más famoso en el que aparece acreditado sea el "The Wall" de Pink Floyd. Bien pues a nuestro hombre le picó el gusanillo de probar en solitario, y lo hizo con un elenco de sesioneros de Premiere League. John Hobbs y Mike Meros (teclados), Billy Walker (guitarra), Paul Lelm (batería) o Louis Conte  (percusión). Además de las voces de Maxine y Julia Walters. Por supuesto el diestro bajo y la voz solista pertenecían a Joe . Con esos mimbres la cesta tenía que ser irrompible. Y lo fue.

"Bad Enough" abría con todo el soleado sonido que puede aportar una exposición a Toto,  Airplay, Pablo Cruise o Steely Dan. Protección solar elevada, se aconseja.


El single "Proud" (podía haber sido cualquiera), es un tema lleno de bellas armonías vocales, gotas funk y excitante groove rítmico. Música para los nacientes 80, con estética hortera a lo "Miami Vice", aunque todavía con el mágico influjo de los 70. 




"Once in a Life" debe todo al grandísimo Gino Vanelli, (hasta Spinetta quedó prendado de su carisma!), y su derivado jazz le da su característica chulería softie. Encantadora rola, pibe. 



Otra influencia típica en éste gremio fue Stevie Wonder, y en "A Fine Line" tenemos un bonito ejemplo, llevado al West Coast sound. Recomiendo a éste respecto al enorme Eric Tagg, otro que tal. 



"Love is a Crazy Feeling" es música para la mansión Playboy, puedes sentirte un poco Hugh Heffner con batin y todo, que soñar es gratis. Es ésta otra pieza a destacar, que en "Middle Man" de Boz Scaggs hubiera quedado de maravilla. O en uno de Steve Kipner. O de Pages. Chemay canta de lujo, como si fuera su verdadera y única virtud. Sobran apelativos hacia su bajo. Al igual que toda la banda, que es puro vicio sonoro.



 El blues-Soul de "Holy Thunder" derrite, con más "vanellismos" evidentes.


Toto hubieran firmado gustosos "One Needs Another", al igual que Little River Band. Y Steely Dan estarían encantados con la jazzy "Never Gonna Let You Go".




"The Riper The Finer" fue un discazo huérfano,  que hasta el reciente 2007 no tuvo hermanito con "Unformattable".

El aplastante ritmo de trabajo de Joe Chemay nos privó de un solista West Coast sobresaliente. Hoy vive en el núcleo del negocio, Nashville. Aportando su sapiencia mayormente a artistas Country del nivel de Martina McBride, Shania Twain o Dixie Chicks.
La elegancia hecha vinilo.
J.J. IGLESIAS




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Comentarios

  1. Qué bien escribes tío. Al leer las críticas de las canciones del disco de la Joe Chemay Band parece que estamos ante un cruce entre Steely Dan,Gino Vanelli y Cristopher Cross. Mágico,jazzy,groove,armonías vocales...palabras que prometen el paraiso del AOR y que se disuelven como azucarillos al oir el disco.Ni siquiera Dr.Hook.De todas formas un millón de gracias por recuperar estas obscuridades-obscenidades que ya nadie(de menos de 50 tacos) oye.En plena era del reguetón-inddie bobo-dance oligofrénico sigues siendo un referente.Gracias otra vez.

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  2. Pues muchas gracias!La verdad es que sí, la edad importa, pero todo se resume en buen gusto. Por fortuna conozco gente joven que se interesa por éstas cosas, aunque no sea mayoría. Gracias de nuevo y que lo disfrutes. Keep on softing!😉

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  3. Gran disco y reseña.

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